Pues sí, parece que se ha producido el clic. Después de ganar el título de Moto3 (2014), después de dar el salto a Moto2, después de llevar cinco años peleando con el infortunio y, sí, caerse en momento que podía o ganar o subirse al podio, después de un inicio irregular esta temporada, Àlex Márquez (Kalex), el hermanísimo, ha dado el salto, a los 23 años, para poder aspirar, definitivamente, a su segundo título mundial, el de Moto2, y, tal vez, convertirse la próxima temporada en uno de los rookies de MotoGP.

Márquez, que ganó de forma fabulosa, hace quince días, en el complicado trazado de Le Mans, después de 25 grandes premios sin conseguirlo (al igual que ningún otro español), acaba de repetir victoria hoy, en el precioso circuito de Mugello, en la Toscana italiana, ante miles de seguidores de sus rivales italianos y protagonizando el fin de semana perfecto, impecable, ante 83.761 espectadores que se rindieron ante su exhibición.

Estrategia perfecta

Márquez, que arrancó desde la primera fila al lograr el tercer tiempo, acompañando al alemán Marcel Schrotter, de 26 años, y al veterano suizo Thomas Luthi, de 32, dejó que sus dos compañeros de primera filla llevasen el peso de la carrera y, cuando faltaban diez vueltas, apretó de firme, los paso en dos vueltas y abrió el suficiente hueco, dos segundos, como para cruzar la meta provocando la algarabía de su hermano Marc y su manager Emilio Alzamora, que, desde Francia, comparte doble felicidad.

Tras el hermanísimo se clasificó el hermanastro de Valentino Rossi, Luca Marini y, en tercera posición, Luthi. El Mundial lo encabeza el discípulo de Sito Pons, el italiano Lorenzo Baldasarri, con 88 puntos, seguido de cerca por Márquez, con 86; Luthi, con 84; Jorge Navarro, con 73 y Schrotter, con 64.

Sabía que podía ganar. Sabía que tenía ritmo, que había preparado una moto perfecta para este difícil trazado y cuando he visto que Tom (Luthi) tenía dificultades, aunque no tenía previsto atacar tan pronto, a mitad de carrera, lo he pasado y me he ido, comentó orgulloso Márquez. Luego solo he tenido que controlar la distancia, la pizarra y, sobre todo, no perder la concentración. Estamos en un buen modo, ahora corremos en casa, en Barcelona, ante nuestra gente y es el momento de lograr la tercera victoria consecutiva y demostrar que el equipo nuevo está fuerte y es el ideal para tratar de conquistar el título, aunque todo está aún muy lejos.

Márquez, que fue felicitado por sus padres, Juliá y Roser, por su hermano Marc, que abandonó el boxe Repsol Honda para estrechar su mano y golpearle la cabeza con cariño, está convencido de que ahora es el momento de seguir por esta senda y, sobre todo, ganar cuando se pueda y puntuar siempre.