No es broma, no. No ha pasado nada. Solo ha sido el susto. Sustos como esos se producen cada día decenas, cientos, en todo el mundo. También en Mugello, el precioso circuito de la Toscana, concretamente a 20 metros de la curva llamada Palagio. Había una maleta de aluminio, carísima, sí, y los artificieros no se fiaban y la han hecho estallar. Qué había dentro? Instrumentos y leña para una barbacoa. Normal. Solo ha sido un susto.

Aunque, para susto serio, el que han protagonizado los rookies de esta temporada. Da la sensación que los magníficos empiezan a verle las orejas al lobo. Cierto, esto está empezando y ellos, los Andrea Dovizioso (Ducati, 11), Valentino Rossi (Yamaha, 18), Andrea Iannone (Aprilia, 19) y Jorge Lorenzo (Honda, 20) tienen tiempo para recuperarse. Pero hoy, en Mugello, Francesco Bagnaia (Ducati, 22 años) y Fabio Quartararo (Yamaha, 20) les han metido el miedo en el cuerpo. A todos, menos a Marc Márquez (Honda, 6), que ha resistido, pese al catarro y la fiebre que aún arrastra, el empuje de los novatos de MotoGP.

Si Dovi lo tiene difícil para volver a discutirle el título a Márquez, en este 2019 deslumbrante para los atrevidos lo tendrá aún más difícil, pues al niño de Cervera (Lleida) solo se le puede arrebatar la corona ganando carreras y, ahora, la parrilla está llena de jabatos. Algo parecido o idéntico, le está ocurriendo al Doctor, que sigue en el pozo esperando resucitar el domingo, como siempre, y pidiendo a gritos que alguien mire la telemetría y la puesta a punto de Fabio (Quartararo) pues, con una Yamaha satélite, está volando y algo habrá hecho bien. De Lorenzo, perdón, mejor no hablemos, pues empieza a poner en tela de juicio los cinco títulos que ha ganado, sus 68 victorias y 152 podios.

Los 'rookies' se divierten

El precio de la victoria, que para Márquez parece baratísimo y no lo es no, aunque haya ganado tres de las cinco carreras disputadas (no ganó en Catar porque Dovi le superó por 17 centímetros y no venció en Austin, porque se cayó cuando dominaba a placer la carrera), está por las nubes. Los rookies, que no tienen nada que perder, han decidido arriesgar al máximo. Bagnaia dice que es un sueño y que aunque no he venido a Mugello a ganar la carrera, que me quiten lo bailado. Ya ni les cuento Quartararo, que no se ha caído en todo el año y, pese a subírseme el estómago al llegar a San Donato, una curva velocísima, están pasándoselo en grande.

Márquez, que tiene explicación para todo (yo, al final, no he puesto neumático nuevo y por eso me han arrebatado la primera plaza), explica que cuando eres joven y das el salto de Moto2 a MotoGP, el paso por curva en tu primer año es velocísimo, tremendo. Lo noté yo y lo notan ahora Bagnaia y Quartararo. Luego ya aprendes más trucos y pierdes esa velocidad en las curvas. Pese a todo ojito!, el heptacampeón de Cervera (Lleida) elogió tremendamente los cronos de Peco, el Diablo y también, también, esa tremenda vuelta de Polyccio Espargaró y su KTM, que se metieron cuartos.

Mañana, probablemente, será otra cosa. Ya más serio.