Es posible que muchos, todos, señalen a Maverick Viñales (Yamaha) como el gran triunfador del Gran Premio de Catar. Ganó desde que llegó hasta el último día, hasta llegar a lo más alto del podio. O, tal vez, algunos miren a Valentino Rossi (Yamaha), tercero, como la gran sorpresa tras una pésima pretemporada e irregular fin de semana. Pero, de lo que no hay duda, es que todos, todos, coinciden en que el veterano Aleix Espargaró (Granollers, 1989), sexto con su nueva Aprilia tras dejar el lujoso equipo oficial de Suzuki, fue la auténtica revelación del primer fin de semana de la temporada.

Todos los ojos (y admiraciones) se depositario en el mayor de los Espargaró. Cierto, Johann Zarco, Andrea Iannone, Álvaro Bautista, Cal Crutchlow y Danilo Petrucci sufrieron problemas, pero Espargaró (sexto), no solo resistió, sino que se codeó con la Honda oficial de Dani Pedrosa y estuvo a punto de alcanzar a la de Marc Márquez, que acabó cuarto.

--¿Se esperaba un arranque así?

--Me esperaba competir, pasarlo bien, pelear por los puntos, pero no me esperaba estar tan cerca de los mejores, de los más más oficiales y, sobre todo, no me esperaba, ni mucho menos, soportar el ritmo de la Honda.

--Se le vio disfrutar mucho en la pista.

--Bueno, todo el mundo sabe que a nosotros, los pilotos, lo que más nos pone es tener la moto tan por la mano, que nos permita pasarlo bien en la pista. Y, sí, disfrute mucho, sobre todo en la parte final donde los neumáticos estaban bien, enteros y eso me permitió pelear por los puntos y aguantar a la Honda de Dani (Pedrosa). Al cruzar la meta pensé ‘vaya, si esto es el primer día, cómo será el último’. Y, sí, pensé que nos vamos a divertir.

--¿Le sorprendió que la Honda no se escapase?

--Es evidente que, como nosotros, la Honda sigue padeciendo un claro defecto de aceleración. Pero, claro, ¡son Honda! y, en ese sentido, llama poderosamente la atención. Deberán de arreglarlo, como lo hicieron el año pasado, tal vez exprimiendo la electrónica, pues con el motor no podrán hacer mucho más.

--¿Cuál fue su truco para estar con ellos?

--No hay trucos, de verdad, no hay trucos. Ni los tengo yo, ni los tiene Aprilia, ni los tiene nadie. Todo es trabajo. Nosotros, los pilotos, preparándonos físicamente a tope. ¡No me he entrenado tanto en mi vida en los 16 años que llevo en el Mundial! Estoy como un toro. Y Aprilia trabaja también mucho. Con neumático nuevo, al inicio de carrera, la gente va muy muy deprisa. Luego, cuando los depósitos se vacian y las ruedas se gastan, nosotros parece que tenemos una opción de seguir peleando, pues nuestra moto soporta bien el desgaste de la goma y, entonces, como los demás no pueden exprimir tanto el motor, estamos ahí, nos acercamos.

--De ahí que sea muy importante estar fuerte en el último tercio de carrera.

--Vital, pero no para nosotros, sino para todos. Durante la pretemporada oí decir una cosa a Maverick (Viñales) que me pareció muy sensata y que, al final, ha resultado ser clave: solo pienso en cómo preparar la moto para que sea competitiva en las diez últimas vueltas, que es cuando se decide el podio. Y, sí, eso es lo que queremos todos.

--Le supo mal que le abandonase Suzuki.

--Me supo horrible, me dolió, sí. Y, además, la manera que lo supe. No sé, bueno, ya es pasado. Por suerte, fiche por Aprilia, me acerqué al espíritu latino, mediterráneo y eso me dio alas. Muchos me enterraron, hasta me dieron por muerto, pero aquí estoy, como nuevo, con ilusión y muy contento de formar equipo con Aprilia.

--Nada que ver con un equipo japonés.

--Bueno, a mí me gusta mucho la pausa y la metodología con la que trabajan los japoneses, pero prefiero el calor, la pasión, la sangre caliente, el roce, la ilusión, la inmediatez de los latinos, de los mediterráneos. Aquí pides una cosa y no tardan dos meses en dártela.

--¿Será el Mundial tan duro, incierto e interesante como todo el mundo intuye?

--Lo será, sí, por supuesto. En MotoGP están los mejores pilotos del mundo y yo diría que la mejor parrilla de la historia. La victoria ha subido de precio, igual que el podio. Ya no hay motos que sean unos hierros, aquí el que no corre, vuela. El nivel técnico es bestial en todas las escuderias. Puede que no haya nueve ganadores distintos como el año pasado, pero mucho no le faltará, no.

--¿A quien ve campeón?

--Ahora, diría que a Maverick Viñales y su impresionante Yamaha, sí, la moto más equilibrada. Te subes y va. Eso es vital. Pero, claro, ahí está Marc (Márquez), que es buenísimo y que será, sin duda, el rival de Viñales. Es más, creo que solo Marc puede evitar que Viñales se lleve el título. Sí, creo que, a día de hoy, solo Marc puede frenar a Maverick. Viñales ganó en Catar con comodidad. Me temo que ni siquiera arriesgó. De verdad, lo veo muy cómodo sobre la moto.