“Bueno, el plan de las últimas carreras: las dos rojas y yo”. Marc Márquez (Honda, tercero en la parrilla, a 79 milésimas del ‘poleman’) explicaba así la auténtica realidad que se produce en este sprint final del Mundial de MotoGP, en el que el tetracampeón catalán de la categoría ‘reina’ domina el campeonato y se prepara la primera ‘pelota de partido’ en Motorland (Alzañiz, Aragón) para poder conquistar su quinto título en seis años, el próximo 7 de octubre, en el nuevo trazado de Tailandia.

Es posible, como reconoció ayer con gran serenidad, que Márquez no tenga ninguna necesidad de jugarse el tipo mañana (14.00 horas, Movistar MotoGP TV) en la tercera carrera española (faltará Cheste, Valencia) y que pelee por asegurar un nuevo podio (lleva 10 en 12 carreras) con el que mantener la distancia y restar una fecha más al calendario. Hoy, en Motorland, con un sol abrasador y una moto menos, pues destrozó su primera Honda en el entrenamiento de la mañana, el ‘nen de Cervera’ acabó tercero, a 79 milésimas del primero, nada, un soplo (Jorge Lorenzo, Ducati, 1.46.881 minutos) y pegadito a Andrea Dovizioso (Ducati, 1.46.895), segundo.

Andrea Dovizioso (Ducati), Jorge Lorenzo (Ducati) y Marc Márquez (Honda), primera fila. / AFP / JOSÉ JORDAN

Después viene un mundo aparte, nada que ver con estos tres fenómenos. Nada que ver con la brutalidad que representa, como moto, como concepto, como poderío, la Ducati ‘Desmosedici’. Nada que ver con las manos y el arrojo de Márquez, que hace que Honda, sin una moto tan buena como la GP18 italiana, no solo sea líder del Mundial de pilotos sino, milagrosamente, también de constructores, pese a la temporada discretísima de Dani Pedrosa.

Los tres tienen ritmo, dicen

“Parecía Moto3, ¿verdad?”, preguntó, simpáticamente, Jorge Lorenzo al comentarios de MotoGP TV en el ‘corralito’ de Motorland. “La verdad es que nos hemos juntado todos en el último intento y nadie quería tirar. Yo temía que mis neumáticos no resistiesen la espera pero, al final, me ha salido una vuelta redonda y he conseguido la ‘pole’, que me permitirá pensar con detenimiento que carrera planteó, pues hará mucho calor y tendremos que pilotar muy sensatamente”. Es la tercera 'pole' consecutiva de Lorenzo, cosa que no lograba desde el 2012 e iguala la cuatro de Márquez en este prodigioso 2018.

‘Dovi’ lamentó que Álvaro Bautista le molestase “ligeramente” en su último giro, aunque en ningún momento “no, no y no”, culpó al español de no haber podido rodar 15 milésimas de segundo, otro suspiro, más rápido que su compañero Lorenzo para arrebatarle la 'pole'. “Estoy tranquilo. ¡Hombre, me hubiese encantado la ‘pole’!, pero tenemos ritmo, estamos bien y, sobre todo, teníamos algún problemilla en el último sector del circuito y creo que lo hemos arreglado”.

Valentino Rossi (Yamaha) habla con sus técnicos tras su peor resultados en años. / AFP / JOSÉ JORDAN

Y, por lo que respecta al tetracampeón, al poseedor de seis títulos mundiales, al líder del Mundial, al ganador del pasado año, Marc Márquez, la verdad es que la sonrisa pese, insisto, a que todos los demás pudieron utilizar sus dos motos y él solo una, se mantenía en sus labios. “Primera línea, era el objetivo a asegurar, aunque cuando te quedas a 79 milésimas de segundo piensas ‘¡uf!, lo hubiese podido conseguir’. Pero está bien, tenemos ritmo, estamos a punto para pelear, como es costumbre en las últimas carreras, con los dos rojos. Pero, repito, el título es lo único importante”.

La carrera resultará, de nuevo, impresionante. Como la última de Misano, donde Lorenzo acabó en el suelo, ‘Dovi’ ganó y Márquez se aprovechó del despiste del tricampeón mallorquín para conquistar la 'plata'. Pinta más o menos así, aunque hay quien dice que Márquez quiere ganar. Me temo que ya se ha asentado en su mente la idea de que un título vale mucho más que una demostración (excesiva) de poder. La ventaja que lleva a las dos ‘balas rojas’ italianas y a Valentino Rossi (Yamaha), que hoy ha conseguido la peor clasificación en una ‘quali’ de los últimos 12 años, es de más de dos victorias y, a falta de seis carreras, es cosa de no perderla sumando el tercer cero (Argentina, Italia…), pues hoy ya ha sufrido el tetracampeón su caída nº 15 del año.

La desesperación de Rossi

Lo que parece casi definitivo es la despedida de Rossi de la pelea por el título mundial de MotoGP. El ‘Doctor’, que lleva nueve años soñando con el décimo, arrancará mañana desde la 18ª posición, es decir, desde la sexta fila. Puede llegar, sí, pero muy difícil que lo haga al grupito del podio. Valentino Rossi es enorme, tremendo, el icono de las dos ruedas, todo un mito, pero los tres ‘magníficos’ vuelan y el ‘señor de los domingos’ arrastra una Yamaha poco competitiva o, por lo que se ve o oye, muchísimo menos agresiva que la ‘Desmosedici’ y la RC213V.

‘Vale’ no vivía un tiempo así desde hace decenas de años. Hay que remontarse, al verano del 2006, en Assen (Holanda), ¡y con problemas físicos en su mano izquierda!, para verle clasificado en la posición 18ª de la parrilla. Y, sí, también era con una Yamaha. Tres años después, ganaría su último título. Y, ahora, mantiene su valor gracias a su arrojo, pasión e ilusión por seguir codeándose con las nuevas generaciones. Y lo logra, pero ve que hasta el subcampeonato se le escurre entre sus prodigiosos dedos. “Solo un milagro nos hará ganar este año”, se lamentaba, con buena cara, sí, Valentino Rossi.