En el mismo instante, tal vez, que el catalán Dani Pedrosa (Honda) aterrizaba en el aeropuerto de El Prat, procedente de Tokio (vía París) para ser operado, por séptima vez en una de sus clavículas, el mallorquín Jorge Lorenzo (Yamaha) sufría una de las caídas más impresionantes y peligrosas de los últimos años, al salir volando sobre la cúpula de su Yamaha (algo parecido, sí, a lo que le ocurrió, el viernes, a Pedrosa) y aterrizar sobre el duro asfalto.

CAÍDA IMPRESIONANTE

Lorenzo se hizo sacar de la pista en camilla y, ya en el arcen, se puso de pie y, cojeando, se dirigió a una moto auxiliar, que le trasladó a la clínica del circuito de Motegi (Japón) donde, debido al brutal golpe sufrido en la cabeza (especialmente, en el cogote) y, tras comprobar que no tenía fractura alguna, aunque le dolía mucho el pie izquierdo y tenía un corte en el codo de ese mismo lado, decidieron trasladarlo, de inmediato, en helicóptero al hospital más cercano, que es el de la localidad de Utsunomiya para realizarle un TAC craneal y descartar males mayores, que, efectivamente, no se detectaron y pudo volver al circuito, participar en la ‘quali’ y acabar tercero.

La caída se produjo a falta de cinco minutos para terminar tercer entrenamiento libre del Gran Premio de Japón. Fue en la salida de la curva dos, presumiblemente al abrir el acelerador de su Yamaha, que le catapultó al aire. El vuelo de varios metros terminó en un violentísimo impacto contra el asfalto. Desde el primer momento, Lorenzo se llevó la mano a la pierna derecha, justo antes de ser sacado de allí, en camilla y por los comisarios, y después en moto hasta el centro médico.

TEMOR A UNA GRAVE LESIÓN

“No voy a engañar a nadie, no puedo: ha sido una caída para hacerme mucho, mucho, daño”, reconocía el tricampeón mallorquín de Yamaha, que, la próxima temporada, será la estrella de Ducati. “Cuando he chocado contra el suelo he pensado que me había roto algo serio. Cuando me he levantado me dolía todo, todo. Luego, con una pastilla contra el dolor, la tranquilidad de haber sido revisado y saber que no tenía nada serio, más la adrenalina y las ganas, he podido hacer una gran ‘quali’. Estoy muy contento y orgulloso. Espero que esta noche no me salgan todos los golpes y pueda disfrutar de la carrera de mañana”.

El temor de Lorenzo, por supuesto no reconocido en público ni comentado, era que los doctores descubriesen algún resquicio en su cabeza del estilo de haber perdido la memoria, aunque solo fuese por unos segundos, pues esos síntomas, de producirse, impiden al piloto volver al circuito y participar en el gran premio.

Por fortuna, Lorenzo, pese a sentirse muy dolorido, no perdió, al parecer, la conciencia en ningún momento, extremo que el TAC craneal realizado en el hospital de Utsunomiya confirmó, para tranquilidad del tricampeón mallorquín, que mantiene una dura pugna con su compañero Valentino Rossi por el subcampeonato del mundo y, sí, también por el título mundial, aunque Marc Márquez es el gran favorito.