”Es un bicho raro, en el buen sentido de la palabra, claro. Todos hablan de extraterrestres en MotoGP. Nada de eso. Solo hay uno y es Marc Márquez. Es el mejor piloto del planeta, tan simple como eso. Tú ves la ‘salvada’ que hizo en la carrera de Cheste del pasado año, cuando se estaba jugando el título con Andrea Dovizioso, y dices ¡que bestia! ¡brutal! Ese es Marc Márquez. Si se cae, pierde el título. Pero no, no se cayó. Repito: Marc Márquez, el único extraterrestre”.

No es una opinión cualquier en el ‘paddock’ de MotoGP, es la opinión del veterano y, sí, también espectacular, Cal Crutchlow, en estos momentos, el segundo mejor piloto de Honda, compañero de marca de Marc Márquez (Cervera, Lleida, 17 de febrero de 1993, de ahí el nº 93 en su carenado), definiendo al muchacho que, desde su aparición en Catar-2013, ha revolucionado la categoría ‘reina’.

EL CAMPEÓN MÁS JOVEN DE LA HISTORIA

Márquez Alentá (mamá Roser también tiene mucho que ver con esto) correrá este domingo, en Brno (República Checa), su gran premio nº 178, pero el nº 100 de MotoGP. Y, sí, Márquez, que al igual que hicieron los norteamericanos Randy Mamola, Kenny Roberts y Kevin Schwantz trasformó la manera de corre en la máxima categoría, ha destruido todos los pronósticos y estadísticas, reduciendo enormemente los récords de precocidad de los mejores ya en su primer año (2013), cuando se convirtió en el campeón del mundo más joven de la historia, con 20 años y 266 días, un año más joven que cuando lo logró el mítico norteamericano Freddie Spencer (21 años y 258 días).

Márquez, que llega a Brno liderando el Mundial con 46 puntos más que el no menos mítico Valentino Rossi (Yamaha), ha ganado cuatro de los cinco últimos títulos de MotoGP que se han disputado (el 80%), ha logrado la mitad de las ‘poles’ (48,4%), casi ha ganado la mitad de las carreras que ha disputado en la máxima cilindrada (40, el 40,4%) y es el principal inquilino del podio, al sumar ya 70 ‘cajones’ (el 70,7%).

Marc Márquez debutó en MotoGP en el GP de Catar del 2013 y ya lideró varios entrenamientos y, tras pelear con Jorge Lorenzo (Yamaha, 1º) y Valentino Rossi (Yamha, 2º) logró su primero podio en su primero GP. / REPSOL MEDIA / JAIME OLIVARES

Ni que decir tiene que a Marc Márquez todos estos números le traen sin cuidado, ni repara en ellos, ni pierde 20 segundos en leerlos, ni cree que sea su razón de vivir. A Márquez lo único que le interesa es seguir siendo competitivo (“sobre todo, pasármelo bien sobre la moto”), intentar ganar (o sumar puntos), tener siempre la mejor moto y hacer feliz a su equipo, a su entorno. No ha cambiado ni un ápice desde que debutó en el Mundial de 125cc (Portugal-2008), desde que consiguió su primera ‘pole position’ (Francia-2009), su primer podio (Jerez-2009, tercero), su primera victoria (Italia-2010) o su primer título (Derbi-2010, 125cc).

No hace mucho, después de abandonar el equipo Repsol Honda, el que había sido máximo responsable deportivo del ‘team’ campeón cuando el ‘nen de Cervera’ fue fichado por la firma alada, el italiano Livio Suppo, habló para Speedweek.com de Márquez. “Lo mejor de Marc es cómo es él como persona. Cuanto más talento tienen los pilotos, más poder tienen; y, cuanto más poder tienen, más difícil es trabajar con ellos. Pero Marc es muy buena persona”.

A diferencia de otras especialidades como la F-1, en MotoGP es el piloto y no la máquina quien hace la diferencia, según Suppo: “En MotoGP, los equipos dependen de los mejores pilotos, ya que son los pilotos los que hacen la diferencia. Si tienes al piloto adecuado, como le ocurre a Honda con Marc, solo tienes que asegurarte de que sea feliz en tu equipo. Entonces él dará lo mejor de sí mismo. Sin un buen piloto, no puedes lograr los mejores resultados. El éxito de un equipo es de ellos en un 70%, todo lo contrario de la F-1”.

UN PILOTO DEMASIADO ESPECIAL

Alberto Puig, expiloto ganador en 500cc y uno de los mayores expertos del Mundial, ha ocupado el lugar de Suppo en el equipo campeón y, desde el primer momento, ha elogiado la personalidad, la determinación y el pilotaje del joven tetracampeón catalán. “Si ves el gran premio de Assen de este año, donde los mejores pilotos de MotoGP protagonizaron la que, según muchos, fue una de las mejores carreras de las últimas décadas, ves que, al final, gana Marc porque es un piloto especial. Y, cuando tú tienes un piloto especial en tu equipo, te puedes esperar gestas así. Todos tuvieron un comportamiento único, bestial, sí, pero, al final, ganó Marc, porque es diferente”.

Si hablas con Emilio Alzamora, manager y descubridor de Márquez, te dirá que lo que más admira de Marc “es que lo ha ganado ya todo y sigue con ganas de aprender, de mejorar, con ganas de fijarse en los mejores y ver cómo puede aprender de ellos”. En ese sentido, Alzamora ha vivido momentos tremendos junto a Marc y considera que todos sus títulos han sido dificilísimos.

Marc Márquez (Honda) celebra su quinto título mundial en Cheste (Valencia). / REPSOL MEDIA / JAIME OLIVARES

Alzamora le concede, por ejemplo, un mérito tremendo al cetro logrado el pasado año. “Fue una temporada durísima, de transición en Honda, que aceptó la propuesta de Marc de cambiar la configuración del motor pasando del 'screamer', donde las explosiones se producen con la misma frecuencia durante el giro del cigüeñal, al 'big bang' (explosiones más irregulares, pero entrega de potencia más dócil), que ya llevaban nuestros rivales. Eso hizo que Marc, el equipo que dirige Santi Hernández y todos los jefes de Honda, de Yoshishige Nomura a Tetsuhiru Kuwata, pasando por Teruaki Matsubara, el ingeniero de motores de Marc, tuviesen que hacer un trabajo extraordinario, excesivo diría yo”.

Cuando le recuerdas a Alzamora que Márquez se cae mucho, te da una explicación aplastante: “A veces, cuando no tienes la velocidad punta de los demás o te falta la aceleración de los demás, como nos ocurría el pasado año, el tiempo te sale si arriesgas, y mucho, en las apuradas de la frenada, en la entrada y paso por curva, ahí es donde Marc era bestial. Y, claro, es ahí donde se producen las caídas. Pero la tesis de Marc sigue siendo válida: arriesgo viernes y sábado para conocer los límites de mi moto y tener una moto ganadora el domingo. Impecable. No hay nada que decirle. Bueno, yo ya he dejado de darle consejos. Lo conocí con 12 años y, ya entonces, sus reflexiones me parecían de un adulto de 30 años. Un prodigio, vamos”.

EL VALOR DE LA COMPETENCIA

“Ganar cuatro títulos de cinco posibles me parece ¿no? una animalada, con perdón. Ya ni te cuento si todo arranca el año de tu debut (2013), sigues con récord de victorias en tu segundo año (13 triunfos en 18 carreras del 2014) y, tras perder un título por tu fogosidad, coraje y ganas (2015, a manos de Jorge Lorenzo, Yamaha), vuelves a vencer el año que cambian un montón de cosas (2016) y los triunfos se reparten entre nueve pilotos, aunque, eso sí, tú sigues siendo quien más gana. Tremendo». Santi Hernández, ingeniero de Marc, considera que «la aparición de Marc en MotoGP cambia el escenario, el estilo de correr, la manera en que los pilotos ven las carreras, porque Marc impone otro ritmo, vertiginoso, y les obliga a ponerse las pilas a todos».

Carlos Liñán, jefe de mecánicos del tetracampeón de MotoGP más joven de la historia, recuerda que “nunca hemos sido de los que nos ponemos una venda en los ojos: nuestra moto, en febrero del pasado año, estaba a un segundo de la Yamaha, Ducati y Suzuki. Al final, de la mano de Marc, fuimos capaces de conquistar el título», reconoce Liñán.

Liñán, que recuerda que, en estos momentos, el Mundial de MotoGP, su parrilla, es infinitamente más competitiva que la de muchos años atrás, con un montón de fábricas con equipos oficiales y un racimo impresionante de campeones de todas las categorías peleando por el título 'grande', añade: «Lo que te hace grande, lo que convierte en enorme, lo que da valor a los títulos que has ganado es el tamaño, la categoría, de tus rivales. Y los pilotos a los que está ganando Marc son enormes, tremendos, todos ellos auténticos campeones», señala Carlos.

«Guardando las distancias en todo, yo me atrevería a decir que Marc es el Messi de las motos», confiesa Santi Hernández.