Estaba Marc Márquez (Honda) atendiendo a los periodistas, pegadito a uno de sus camiones, cuando pasó por delante suyo, nuestro, Jorge Lorenzo (Honda), vestido totalmente de negro, camino de su camión-oficina. Alguien le gritó, sabedor de que no quiere hablar de su primera experiencia a los mandos de la Honda RC231V, simplemente un “¿qué tal?” y el tricampeón mallorquín contestó, sin dejar de caminar, “contento, contento”.

E, inmediatamente, uno de los pocos periodistas australianos que siguen el Mundial de MotoGP, veterano él, se dirigió a Márquez y le recordó el mal rollo que había entre las estrellas y campeones Alain Prost y Ayrton Senna en el seno del impresionante, entonces, equipo McLaren de F-1. “¿Crees que ocurrirá lo mismo con Jorge y tú?”, añadió sin maldad, pero con intención de provocar una respuesta ruidosa.

“No creo que entre Jorge y yo se produzca la misma tensión que había, en su tiempo, entre Prots y Senna en el garaje de McLaren. Ni lo creo ni lo espero”, respondió con su amplia sonrisa en la boca el heptacampeón del mundo de motociclismo. “Obviamente, todos los pilotos queremos ganar el título y estar delante en todos los grandes premios, y es evidente que los dos trataremos de ofrecer nuestra mejor versión la próxima temporada y dar el 100% de nuestras fuerzas”.

TEST MUY COMPLICADO

Márquez, que ha intercambiado ya más de un saludo en los circuitos, cree que “fuera de la pista, Jorge y yo seguiremos siendo compañeros de equipo, como ha sido hasta ahora con Dani Pedrosa. Es verdad que Jorge y yo hemos mantenido duras batallas en Austria y Brno, por ejemplo, y la relación se ha mantenido siempre muy profesional. Jorge es serio y más maduro que yo, tiene más experiencia. Al fin y al cabo, una cosa es la relación en la pista y otra, la relación que mantienes fuera. Yo, desde luego, espero tener con Jorge una relación mejor que la que parece haber mantenido con Dovizioso, en Ducati”.

Durante los dos primeros días de convivencia en el seno del equipo Repsol Honda, campeón del mundo de escuderias, Márquez y Lorenzo no han cruzado, según han reconocido ambos sin maldad, una sola palabra. “Los dos teníamos muchísimo trabajo que hacer y, además, en distintas direcciones, ya que yo tenía mucho material que probar y él mucho lio para adaptarse a la Honda que, cuando vienes de cualquier otra moto, la notas extrañísima y especial, muy especial”, señaló Márquez.