El informe técnico que la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) ha elaborado en el último mes y medio sobre el accidente que, el pasado 5 de junio, provocó la muerte de Luis Salom descarta que la caída del joven mallorquín, de 24 años, se debiese a un fallo mecánico en la Kalex del equipo SAG Racing Team o a que el piloto perdiese el control de su moto y se desequilibrase tras pasar por encima de un bache que, en efecto, existe a la entrada de la fatídica curva 12, pero que, según los investigadores, no influyó en el accidente de Salom, que, en esa vuelta, lo dribló y evitó.

El informe, que, según ha podido saber EL PERIÓDICO, podría ver la luz en las próximas horas, considera que Salom perdió el control de su Kalex por una distracción, por tratar de encarar la penúltima curva del circuito (la caída se produjo a 150 kms/h.) con la intención de poder iniciar la recta de meta a gran velocidad (factor importantísimo para lograr un buen tiempo) o por precipitarse en la maniobra previa a gestionar esa difícil curva.

UN CÚMULO DE MALA SUERTE

Es evidente que, una vez sufrida la caída, Salom tuvo la mala suerte de deslizarse por el asfalto y la gravilla en paralelo a su moto, a escasísimos metros de ella, cosa que no suele ocurrir en este tipo de accidente en los que las trayectorias de piloto y moto suelen ser distintas. Además, la moto, que chocó a gran velocidad contras las protecciones neumáticas de esa curva, el conocido ‘air fence’,salió despedida, girando sobre sí misma, convirtiéndose en un torbellino, en una hélice mortal, que dañó mortalmente el cuerpo de Salom cuando impacto con él, provocándole gravísimas fracturas en la cabeza y otras partes del cuerpo, así como heridas irreparables.

Los investigadores, que han contado con todo tipo de información, especialmente los datos telemétricos de la moto, han llegado a la conclusión de que la primera idea, expresada la misma tarde del accidente por algunos pilotos, como los campeonísimos Valentino Rossi y Jorge Lorenzo, de que la moto había tenido “algún problema”, debe descartarse por completo. Pese a que el equipo de investigadores, liderado por el británico Danny Aldridge, director técnico del Mundial, observó, tras el accidente, cierta holgura en el manillar derecho, el del gas, de la moto de Salom, ha sido imposible demostrar que esa soltura existía ya antes del accidente, por lo que se ha descartado por completo el fallo mecánico, considerando que la trayectoria de la moto fue tan larga y agresiva que justifica cualquier desajuste en la máquina.

COMUNICADO AISLADO

Cuando el equipo propiedad de Edu Perales emitió, ante la sorpresa general y, muy especialmente, de los organizadores del Mundial y los investigadores de la FIM, un comunicado, tres días después del accidente, insinuando que un bache del circuito había generado la desgracia, fueron muchos los que consideraron que el SAG Racing Team trataba de poner la tirita antes de la herida, pues nadie les había señalado como culpables de la muerte de su piloto.

Durante las últimas semanas se ha llegado, incluso, a rumorear que la familia Salom, nada más lejos de la realidad, estudiaba la presentación de una querella contra el equipo en el que corría su hijo Luis. Nunca, jamás, la familia Salom ha pensado en una acción así “entre otras razones porque bastante tenemos con sobrevivir, día a día, a esta desgracia”, fueron las palabras que, hace tres días, comentó a EL PERIÓDICO un miembro de la familia del piloto fallecido.

EL BACHE NO AFECTÓ

Respecto a la posibilidad de que Salom perdiese el control de su moto al pasar o saltar por encima del bache que hay a la entrada de la curva 12, los investigadores de la FIM descartan por completo que esa desigualdad del pavimento, habitual en todos los circuitos del Mundial, provocase la caída del joven piloto mallorquín.

El equipo de Aldridge, que contó con la ayuda y colaboración de dos de los mejores expertos en telemetría del Mundial para analizar los datos de la Kalex de Salom, han podido comprobar que los datos procedentes de la horquilla delantera de la moto no registraron ni dejaron constancia de haber pasado por encima de bache alguno ya que, cuando se produce ese saltito, “la suspensión se estira” al despegarse de la pista hasta volver a contactar con el asfalto y la telemetría de la Kalex no muestra salto ni irregularidad de la pista alguna.