Nunca antes habían ocurrido tantas cosas en las tres primeras carreras del Mundial. Han ganado tres pilotos diferentes. Han triunfado tres motos distintas. El pentacampeón más joven de la historia anunciaba, a bombo y platillo, que iba a arrasar (perdón, ya estaba arrasando), que le habían dado, por fin, la moto perfecta (corre tanto como la Ducati) y que, por tanto, se iban a enterar. Y va y, cuando ya lo tenía todo en su mano, se estropea la moto, da problemas de juventud y Marc Márquez rueda por los suelos en la pista donde jamás había perdido, convirtiendo el campeonato en una auténtica lotería: cuatro pilotos en nueve puntos.

Así llega el Mundial a Europa, a Jerez, el circuito donde, en teoría, todo el mundo dice que empieza el campeonato, cuando no es verdad. No este año. Ha ganado todo el mundo, menos el que más ha ganado, Valentino Rossi, que lleva casi dos años, 31 carreras, sin subirse a lo más alto del podio (Assen, Holanda, 2017). Han triunfado Andrea Dovizioso (Ducati) en Catar, Márquez (Honda) en Argentina y Àlex Rins (Suzuki), en EEUU. Y para mayor misterio, Jerez recibe a los pilotos con nuevo asfalto, otra incógnita a añadir.

MÁRQUEZ, EL GRAN FAVORITO

Eso sí, si Honda (y eso dicen las voces del paddock) ya ha solucionado sus problemas de Austin y por qué se salían las cadenas de su RC213V, todos, desde Kenny Roberts a Kevin Schwantz, pasando, cómo no, por Rossi&Cia, continúan viendo al heptacampeón catalán, que es cuarto, a nueve puntos de Dovi, como el gran favorito para renovar su corona. Todo está en su mano, comentó ayer Rossi. Si Marc se mantiene como hasta ahora, lo veo superior a todos nosotros, pero ojalá podamos plantarle cara hasta la última carrera, cosa que no ha ocurrido casi ningún año.

El Doctor tiene unas ganas locas de ganar y de saber si Yamaha ha dado ya con la tecla cosa que aquí, en Jerez, es el lugar ideal para saberlo. Alguien se acerca a su oído derecho y le dice que Ducati, Honda y Suzuki ya han ganado. Falta Yamaha. Perdón, falto yo, que parezca que haga 10 años que no gano. Rossi, insisto, está, a sus 40 años, en una forma admirable, pletórica, sobre todo el día de la carrera, el domingo, señala Dovi.

Vale coincide con Marc de que los cuatro magníficos que llegan a Jerez liderando el Mundial (Dovizioso, 54 puntos; Rossi, 51; Rins, 49 y Márquez, 45) son los que pelearán por el título. E, incluso, coincide con el pentacampeón que de un momento a otro llegará Lorenzo, que llegará, y Viñales. Ahí, en el caso de Viñales, Márquez tiene sus dudas. Nunca sabes cuándo llegará Maverick, pues un día piensa que ya, otro que el siguienteno sé, no sé.

ÁNIMOS PARA CASILLAS

Márquez reconoció ayer que, en Austin, tuvo un problema en su moto, eléctrico, electrónico, bueno, no lo contaré, que no provocó su caída (fue error mío, sí, sí), pero que aparecía irregularmente y, por tanto, le podía sorprender en plena curva o recta. Es un problema de juventud. Cuando creas una moto más potente, con más velocidad, cuando das un salto tecnológico, puede pasar. Y nos ha pasado, pero HRC (Honda Racing Corporation, departamento de competición de Honda) está trabajando maravillosa y muy eficazmente. Estoy tranquilo.

Márquez ve muy fuerte a Dovi y su Ducati. Ve muy, muy, sólido los domingos a Rossi. Cree que Rins ya anunció su salto cualitativo en la segunda parte del año pasado e, insisto, está convencido de que pronto aparecerán por la cabeza del pelotón su compañero de boxe, Jorge Lorenzo, y, sí, Viñales. Rins, en ese sentido, está feliz de ser señalado como futuro ganador, campeón. Siempre me he creído igual que ellos. Sabía que podía hacerlo, que podíamos hacerlo, que estábamos listos para estar delante y, sí, me siento muy fuerte.

Por cierto, todos, todos, le dedicaron palabras cariñosas a Iker Casillas. Es igual para todos. Se ha entrenado alguien más que Casillas? Ha pasado alguien más controles médicos que él? No y ya ven, dice Rins. Por suerte está bien, añade Rossi. No es fácil de entender, media hora antes estaba sanísimo a qué sí?, suma Márquez. Y lo está, lo está.