Fue muy gratificante ver, en el ‘corralito’ del Gran Premio de España, que se celebró dos días después de que el Mundial se conmocionase por la muerte del joven mallorquín Luis Salom, de 24 años, como Valentino Rossi extendía su mano para reencontrarse o, al menos, hacer las paces, con Marc Márquez. Cierto, jamás volverán los tiempos en que sonreían y se gastaban bromas, pero era necesario que se estrechasen la mano, pues la tensión deportiva siempre existirá e, incluso, la diversidad de opiniones, no solo sobre cómo debe mejorarse cada uno de los circuitos, por ejemplo, Montmeló, sino sobre lo adecuado o no de crear un sistema de comunicación por radio para recibir órdenes o consejos de su equipo, de su muro. Rossi vota por hacerlo; Márquez dice que no, que no lo necesita.

ROSSI, A FAVOR DE LA RADIO

“Si pudiésemos tener contacto con nuestro muro, con nuestro técnico, durante la carrera, todo sería más fácil”, indica Rossi, que, como Jorge Lorenzo, vivió dos carreras caóticas en Assen y Sachsenring por culpa de la lluvia y el cambio de moto en carrera. “La pizarra ofrece una limitación evidente para recibir información y si tuviésemos, como la F-1, comunicación por radio, tal vez no me hubiese caído en Holanda al conocer la auténtica situación de los pilotos que estaban detrás mío”. El ‘Doctor’ recuerda, en efecto, que “hace diez años, probamos un sistema de radio pero, al final, no se hizo nada, ni se ha seguido investigando en ello”.

MÁRQUEZ, A FAVOR DE PLANEARLO TODO

Márquez, que ha encontrado una auténtica mina de puntos, oro y prestigio en estos dos últimos grandes premios (en Assen, dejó ganar a Jack Miller y acabó segundo; y, en Alemania, los sorprendió a todos, entrando antes que nadie a cambiar la moto de agua por la de seco y los humilló), no quiere saber nada de la radio. “No me veo hablando en plena curva, plegado sobre el asfalto, con Santi (Hernández, su técnico), porque esto no es la F-1 donde van sobre cuatro ruedas. Si preparas bien la carrera, si estudias todas las posibilidades, si creas un sistema de comunicación, cierto, limitado, pero lo puedes hacer, puedes controlar y gestionar cualquier situación que se presente en carrera”.

Márquez asegura “haber convertido en un tesoro nuestro fallo de Astralia-2013”, cuando fue descalificado al haber entrado a cambiar su moto una vuelta más tarde de lo permitido. “Ahora hacemos un montón de reuniones y charlas, tal vez demasiadas, antes de la carrera del domingo y tratamos de tenerlo todo planeado”.

LOS GRITOS DE CRUTCHLOW

Como en casi todo lo que afecta a las carreras, el tema de encontrar una fórmula para instalar un sistema de radio por el que los técnicos de cada piloto puedan suministrar información a sus chicos provoca división de opiniones. El italiano Andrea Dovizioso, por ejemplo, lo ve bien “pues, seguro, mejoraría la seguridad en pista”, pero “esto no es la F-1, en efecto, y prefiero, de momento, no tenerlo”.

Y está, claro, como siempre el simpatiquísimo y dicharachero, al margen de velocísimo y valiente, Cal Crutchlow, piloto oficial de Honda y el único de los ‘alados’ que exprime todo el poder de la RC213V junto a Márquez. “¿Perdón, me estas contando que voy a tener que escuchar, mientras corro, mientras piloto, mientras trazo una curva a 150 kms/h. a Lucio (Cecchinello, el dueño del equipo en el que corre el británico)? ¿Has oído los insultos que Kimi (Raikkonen, piloto de Ferrari F-1) le dice a su ingeniero en carrera?, pues puedes imaginarte los míos a Lucio”.