Joan Mir, el joven piloto mallorquín que, a los 23 años, y en su segunda temporada en el Mundial de MotoGP, ha sido el único que ha sabido aprovechar con habilidad, entrenamiento, preparación, profesionalidad, dedicación, determinación, cabeza, y arrojo, la ausencia del canibal Marc Márquez (Honda), buscó con discreción un rincón, una pared, donde apoyar su maltratado y estresado cuerpo para llorar su victoria, para tener su minuto de silencio, su gloria particular, su disfrute privado.

Y lo hizo, curiosamente, mientras los demás, encabezados por los equipos de Franco Morbidelli (Yamaha), Jack Miller (Ducati) y Pol Espargaró (KTM) inundaban el corralito, bajo el podio, de felicidad. Fue entonces, antes de que llegara la tribu azul de Suzuki para festejar la victoria mundialista, cuando Mir, muerto, roto, exhausto, apoyó su espalda en el muro de cartón del podio y lloró, felizmente, su conquista.

Esas fueron las únicas lágrimas de felicidad de ese día. El resto del paddock de MotoGP, aunque parezca una exageración, estaba, en ese instante, inundado de lágrimas virtuales, pero reales, por la bofetada, el zarandeo y la humillación que el joven Mir, un proyecto de campeón a lo grande cuando Suzuki confió en él, y la marca de Hamamatsu, con uno de los presupuestos más bajos entre los grandes, les había infligido.

MUCHAS VÍCTIMAS

Mir ha añadido un año más (41) a las espaldas del 'dios' Valentino Rossi (Yamaha), que ha perdido otro año más persiguiendo su décimo título. Ha forzado la jubilación del tres veces subcampeón, Andrea Dovizioso (34 años) y la retirada de Cal Crutchllow (35). Ha incendiado Ducati y Yamaha, mientras ellos, Suzuki, se duchaban en cava. Es más, si Suzuki, el próximo domingo, conquista el título de constructores (ahora están empatados con Ducati, a 201 puntos, pero los azules tiene solo dos motos que puntuando y la firma de los diapasones, cuatro) la derrota será estratosférica.

Mir le ha sacado los colores a los dos pilotos que, el próximo año, integrarán el equipo oficial de Yamaha, despedido el Doctor. Ni Maverick Viñales ni Fabio Quartararo han dado la talla este año, pese a que Morbidelli, con una Yamaha inferior, lleva ya tres triunfos.

Esto es frustrante, en Yamaha no funciona nada, nada y probamos mil cosas cada fin de semana, dice el 'Diablo'. Ya no peleamos por la victoria, simplemente por ser 10 o 12 puesto. Las palabras de Fabio demuestran que mis quejas de estos últimos años eran ciertas: la moto no tiene agarre, sufre muchísimo los domingos, en carrera es imposible adelantar y solo, de vez en cuando, se cuadran los astros y puedes pelear por el podio, añade MVK.

Yo dije, desde que la probé en pretemporada, que esta moto no era buena, perotal vez en Yamaha ya han dejado de hacerme caso. Por eso no me preocupa lo más mínimo abandonar la estructura de Yamaha Monster le irme al Petronas. Ahí está mi amigo Franky (Morbidelli), que es el que mejor sabe manejar esta moto.

El problema, no solo para Yamaha, no, también para Ducati, es que la pandemia del coronavirus provocó, antes de que empezase la temporada, el pacto del Covid-19, es decir, el frenazo a todo el I+D de MotoGP: cero gastos, cero despilfarro en aerodinámica (inversiones carísimas para crear alas de plástico, que proporcionan milésimas de segundo o cero) y, por supuesto, cero abrir y cerrar motores. En el 2021, que Dorna espera sea ya un Mundial de 20 carreras por todo el mundo, se correrá con las mismas motos (y motores) de este año. Eso tampoco me preocupa, aún siendo un inconveniente, señala el Doctor, pues en la actual MotoGP con la electrónica se pueden hacer muchas y buenas cosas, muchas, sí.

MUNDIAL DE CONSTRUCTORES

Mir ha hecho un año especial, buenísimo, con mucha eficacia e inteligencia, señala el veterano y sabio Andrea Dovizioso. Mir ha corrido con mucha cabeza y Suzuki nos ha demostrado a todos que se puede ganar el título con una moto sencilla, sin volverse loco ni tecnológica ni presupuestariamente.

No deja de ser curioso que Ducati haya cambiado a todo su equipo de pilotos, ascendiendo al equipo oficial a Miller, que está teniendo un buen final de temporada (pero aún no ha ganado) y a 'Pecco' Bagnaia, cuyo final está siendo desastroso.

Mir, su compañero Alex Rins, que era el llamado a conquistar el título en primera instancia, y todo el team Suzuki está ya en Portimao (Portugal) para completar su proeza, conquistando el Mundial de constructores.