El vehículo eléctrico es la piedra angular del futuro del sector de la automoción. La industria ha tomado el camino de la electrificación como la mejor alternativa para la descarbonización de la movilidad y el cumplimiento de las cada vez más restrictivas normativas de emisiones. Sin embargo, ¿realmente los coches eléctricos no generan emisiones? Una respuesta negativa a esta cuestión es tan correcta como una positiva, ya que en el mismo momento de la conducción no liberan emisiones de CO2 ni NOx, como sí hacen los coches de combustión, pero al mismo tiempo sí se generan emisiones durante su producción y durante la producción de la electricidad que alimenta sus motores eléctricos.

Es un debate que nació al mismo que tiempo que los propios vehículos eléctricos. ¿Emiten menos los eléctricos al final de su vida útil que un coche diésel o gasolina? La respuesta acertada, según un nuevo estudio publicado en Nature Sustainability, es sí, incluso si la electricidad se genera mediante combustibles fósiles como el carbón en procesos altamente contaminantes. Según el estudio, que analiza las emisiones durante el ciclo de vida de los coches eléctricos y de las bombas de calor para los hogares, dos alternativas para sustituir a los coches de combustión y a las calefacciones de gas o gasóleo, solo en seis de los 59 países analizados las alternativas eléctricas generan más emisiones que sus equivalente de combustión.

No obstante, las emisiones generadas por un vehículo eléctrico a lo largo de su vida útil, desde su producción hasta su paso por el desguace son elevadas. Transport & Enviroment (T&E) ha elaborado una herramienta digital con la que comparar las emisiones de los vehículos eléctricos y los de combustión usando como base la unidad de los gramos de CO2 por kilómetro. Según la homologación oficial de Seat, un Mii Electric emite cero gramos por kilómetro, mientras que un nuevo León 1.5 TSI de 130 CV emite 124 gramos por kilómetro. Nada más lejos de la realidad, en los países en los que se genera la electricidad mediante combustibles fósiles, el Mii podría alcanzar casi los 200 gramos de CO2 por kilómetro recorrido (una cifra similar a la que homologa el Cupra Formentor de 310 CV, 193 gramos), extrapolando los datos de producción del vehículo y obtención de energía, mientras que el León podría llegar casi a los 300 gramos. Un diésel superaría los 200 gramos, es decir, un eléctrico únicamente emite un 22% menos que un diésel y un 28% menos que un gasolina. Por contra, en un país que genere la mayoría de su electricidad mediante fuentes renovables, mientras que las emisiones de los coches de combustión se mantienen igual, las de los eléctricos se reducen hasta, aproximadamente los 50 gramos por kilómetro, un 80% menos que un diésel y un 81% menos que un gasolina.

Estos son, según T&E, el peor y el mejor escenario posible en Europa. Para el peor, T&E contempla el coste medioambiental de producir energía en Polonia, que confía en exceso en el carbón, la producción de vehículos en Europa y la producción de la batería en China. Para el mejor, compara el coste de producir energía en Suecia, la producción de coches en Europa y el ensamblaje de la batería en el mismo país escandinavo. Según esta herramienta, en la Unión Europa, los coches de combustión terminan su vida habiendo liberado el triple de CO2 a la atmósfera que un eléctrico.

Tomando los datos de T&E, los coches eléctricos emiten de media un 63% menos CO2 que los de combustión en la UE. España mejoraría la media, con un 67% menos, aunque se quedaría lejos de la diferencia del 79% de Suecia y del 77% de Francia, que confía en las centrales nucleares, que generan residuos pero no emisiones en el proceso de obtención de energía. En el lado opuesto, en Polonia la diferencia es del 29%, en Alemania del 56%, en Italia del 57% y en Holanda del 58%.

La situación en EspañaLas cifras arrojadas por T&E para el mejor escenario, en las que se declaran unas emisiones para los coches eléctricos de 50 gramos de CO2 por kilómetro aproximadamente, son similares a las estimadas por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico el pasado mes de junio. Según el ministerio, el valor medio de las emisiones de estos vehículos es de 108 gramos de dióxido de carbono por kWh consumido. Teniendo en cuenta que la media de consumo es de 15 kWh cada 100 kilómetros, las emisiones estimadas son de 58 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.

Estas cifras se derivan de distintas variantes. Se han tenido en cuenta los datos del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea, que cifran en 402 gCO2eq/KWh las emisiones procedentes de la electricidad consumida a baja tensión en el país en 2015. No obstante, al aplicar un factor de mejora para actualizar dicho valor se obtiene una cifra nacional media de intensidad de emisiones para dichos vehículos de 388 gCO2eq/kWh, a la que se le aplica un factor de conversión de 3,6 MJ/kWh, con arreglo al Informe Well-to-Wheels, publicado por el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. La cifra final son los citados 108 gramos de CO2 por kWh consumido.

En España, según la Asociación de Empresas de Energías Renovables (Appa), la mayoría de la energía primaria utilizada en España procede de los combustibles fósiles, es decir, del petróleo, el gas y el carbón, cuya producción libera grandes cantidades de CO2. Si bien es cierto que la producción a partir de fuentes renovables está creciendo año a año, alcanzando, según Red Eléctrica de España, el 40% del total en 2018, los combustibles fósiles siguen copando el otro 60% de la producción nacional de energía. En ese sentido, gran parte de la producción (21,4% en 2018) procede de centrales nucleares, que cuentan ‘cero’ en el cómputo de emisiones por liberar únicamente vapor de agua, aunque generan residuos radioactivos.

Todos estos datos son suficientes para concluir que en Europa conducir un eléctrico genera menos emisiones que un coche de combustión y que en España se mejora incluso la media europea. El estudio de Nature concluye que “incluso si en el futuro la electrificación no se acompaña de una rápida descarbonización del sector de la generación de energía, probablemente los eléctricos emitirán menos casi en todas las regiones del mundo”.