Tras la ofensiva comercial en el mundo de los SUV, Citroën presenta la nueva generación del C4, un modelo que pese a su apariencia, la marca francesa se resiste a catalogar como crossover.

A medio camino entre estos y las berlinas, el fabricante francés prefiere definirlo como un nuevo exponente que combina lo mejor de los dos mundos. Con todo ello, el C4 presenta el diseño llamativo y personal propio de la marca en los últimos años, con detalles que incluso pueden llegar a recordar a los antiguos CX y GS.

Técnicamente, Citroën quiere seguir reforzando esa idea de diseño y confort y, para ello, hereda los amortiguadores con topes hidráulicos que ya estaban presentes en el C4 Cactus y el C5 Aircross. Estrena también un propulsor eléctrico que permitirá recorrer hasta 350 kilómetros. Este exponente se suma a la oferta de motores diésel y de gasolina con potencias entre los 100 y los 155 caballos.

En el interior, además de las dos pantallas disponibles y las numerosas ayudas a la conducción, llama la atención el Smart Pad Support, un soporte para colocar tabletas que se ubica encima de la guantera y que en ningún caso impide el correcto funcionamiento del airbag. El Citroën C4 llegará a finales del 2020.