Como es bien conocido, Hyundai manifiesta una especial consideración hacia el público incondicional de los cambios automáticos, ofertándolos en prácticamente todos los modelos de su gama y, por partida

doble, en el Tucson.

Esta modalidad de transmisión sienta a la perfección al SUV coreano, pues, además de la comodidad y suavidad que proporciona en conducción por ciudad y carretera, puede facilitar el avance en terrenos difíciles, aspecto especialmente útil en las versiones 4x4.

ALTERNATIVA DOBLE Para adecuarse a todas las necesidades, el fabricante asiático ofrece dos sistemas diferentes de cambio automático. El primero de ellos, de tipo convencional y seis velocidades,

acompaña a las mecánicas diésel 2.0 CRDi de 136 y 184 caballos con tracción total y es especialmente adecuado para gestionar el abundante par motor que éstas entregan.

El segundo, que proporciona unas sensaciones más dinámicas y contribuye a reducir los consumos y las emisiones, utiliza tecnología de doble embrague, cuenta con siete relaciones y se reserva para el diésel de tracción delantera 1.7 CRDi de 115 CV o para el gasolina 1.6 TGDi de 176 CV con tracción a las cuatro

ruedas.

En el resto de apartados nada cambia respecto a las versiones manuales, manteniendo intactos el confort y el espacio interior así como un buen equipamiento, que incluye sistemas de asistencia al aparcamiento, de frenada autónoma de emergencia o de reconocimiento de señales y contribuyea los buenos resultados comerciales obtenidos en su primer año de carrera.