La cuadragésima edición del Dakar, que arrancará el seis de enero en Lima, presenta un conjunto de alicientes y focos de atención que la convierten en una de las más abiertas e interesantes de los últimos años.

En su despedida de la carrera, Peugeot parte un año más como la gran favorita. No en vano, el 3008 DKR estrenará una última evolución con el objetivo de sumar la tercera victoria consecutiva de la marca francesa, que ya encadenó otros cuatro triunfos entre 1987 y 1990.

Stephane Peterhansel, Carlos Sainz, Sébastien Loeb y Cyril Despres vuelven a configurar un auténtico equipo de ensueño, cuyo principal problema será gestionar las aspiraciones personales de victoria de todas sus estrellas.

Frente a ellos, tanto Toyota como Mini se han reforzado considerablemente, aprovechando, además, las novedades que el reglamento técnico incluye este año. Los japoneses alinearán tres unidades de un Hilux totalmente remodelado para el qatarí Nasser al Attiyah, el sudafricano Giniel de Villiers y el holandés Ten Brinke. Y los alemanes han ido incluso más allá, desdoblando su estructura para hacer correr dos coches distintos.

El español Nani Roma -de vuelta al equipo- y Orlando Terranova pilotarán una completa evolución del coche del año pasado, mientras Mikko Hirvonen, Yazeed-Al Rajhi y el especialista norteamericano en bajas -y debutante en el Dakar- Bryce Menzies se encargarán de estrenar un buggy de dos ruedas motrices y características muy similares a las del Peugeot. El regreso de Perú y sus dunas,

la siempre incómoda altitud boliviana y el calor del periplo argentino marcan el duro recorrido programado para este año.