Puño en alto, gesto desafiante, grito de rabia que atrona en las paredes del pabellón Riocentro. Con esa puesta en escena, con la que ha ido construyendo su camino en Río-2016, Carolina Marin ya está donde soñaba: en la final olímpica de badminton.

La victoria de la jugadora onubense, de 23 años, tuvo el sabor dulce de la venganza. Su víctima en semifinales fue la china Li Xuerui, la jugadora que la venció hace cuatro años en Londres-2012 para acabarse proclamando campeona olímpica.

Venganza cumplida

El triunfo de Carolina Marín se fraguó en apenas 56 minutos y dos sets (21-14 y 21-16). Este viernes se le presentará una oportunidad única en la vida: completar la triple corona, después de sus títulos mundiales y de Europa.