Lo que empezó como el sueño de un niño ha acabado convirtiéndose en la una de las historias más grandes en la historia del deporte. Michael Phelps quería cambiar la natación y hacer lo que no hubiera hecho nadie antes y, al final, su nombre mismo ha acabado trascendiendo a la natación misma.

El legado que deja el campeón estadounidense, de 31 años, que ha echado el telón en Río a su carrera profesional no se medirá solo en las 28 medallas olímpicas (23 de oro, 3 de plata y 2 de bronce) después de estar presente en cinco Juegos, un bagaje que será imposible, o al menos muy complicado de igualar.

El legado se medirá en la pasión que ha despertado en legiones de niños por practicar la natación, gente como su compatriota Katie Ledecky, de 19 años, la cuádruple campeona en Río, el descarado Joseph Schooling, de 21 años, de Singapur, el fan incondicional que le negó el último oro individual en los 100 mariposa, cuando hace ocho años se fotografiaba a su lado, siendo un crío. Para todos ellos, Phelps ha sido una fuente de inspiración.

TRAYECTORIA EXCEPCIONAL

La de Phelps ha sido una trayectoria excepcional que merecía también una salida excepcional y eso es lo que logró el nadador de Batimore que se despidió con una medalla de oro en el relevo 4x100 estilos, como integrante del equipo de Estados Unidos, su quinto oro en Río, a los que suma una plata.

“Esta forma de dejarlo es mucho mejor que la que viví hace cuatro años. Así es como quería acabar mi carrera. Es la guinda del pastel y estoy deseando iniciar un nuevo capítulo en el pastel”, explicó Phelps que dejará la piscina y seguirá, de una forma u otra, presente en el mundo del deporte, como comentarista o empresario, desarrollando su propia línea de bañadores.

“No creo que podáis ver a otro Michael Phelps. Es demasiado excepcional. Pueden pasar 10 generaciones antes de que aparezca otro. Pero podréis ver a otras personas maravillosas. Gente como Katie Ledecky o Ryan Murphy. Espero que sigamos teniendo gente así”, valoró su mentor y actual seleccionador del equipo estadounidense, Bob Bowman.

En busca de preservar ese legado, Ledecky y la húngara Katinka Hosszu, son las nadadoras que más han brillado en la piscina de Río, dominada con mano de hierro por el potente equipo estadounidense, que se irá de Brasil con 33 medallas, 16 oros, 8 platas y 9 bronces, una hegemonía que no se evivía desde Sydney, en el 2000. Australia ocupará la segunda plaza, pero con solo 10 medallas (3 oro, 4 platas, 3 bronces), lejos de las expectativas que existían sobre el repunte de los ‘aussies’.

LA REINA DE RÍO

El paso delante de Ledecky ha sido espectacular. En los Juegos de Londres, ya asombró al mundo con su título olímpico en los 800 libre. En Río lo ha revalidado, sin oposición, añadiéndole un estratosférico récord del mundo (8.04.79 minutos) y ha sumado los oros del 200 y el 400 y el del relevo 4x200. Solo le ha faltado el del 4x100 libre, que se lo arrebató Australia con un nuevo récord mundial. Desde que Debbie Meyer lo hiciera en México 68, nadie había sido capaz de encadenar el triunfo en el 200, 400 y 800 libre. Ledecky, un animal competitivo difícil de igualar, persigue nuevas fronteras.

En la competición femenina se ha producido, al fin, la eclosión de Katinka Hosszu, de 27 años, en sus cuartos Juegos (debutó en Atenas) y a la que, realmente, se esperaba en cita de Londres, donde los nervios y la presión, la anularon. Con una nueva actitud, con su marido, el extravagante exnadador y entrenador californiano Shane Tusup, dirigiendo su carrera, Hosszu se ha convertido en la nueva ‘Dama de hierro’ de la natación. Solo su afán de acaparar eventos le ha impedido reinar por delante de Ledecky, de la que se ha quedado a una medalla, Hosszu se lleva el oro en los 100 espalda, 200 y 400 estilos y la plata en el 200 espalda.

Al lado de esas estrellas han brillado otros nombres en la piscina de Río como el estadounidense Ryan Murphy, de 21 años, que anadió el oro del relevo 4x100 estilos con EEUU a su doblete en los 100 y 200 espalda, la canadiense Oleksiak (oro en 100 libre, plata en 100 mariposa y 4x200 estilos y bronce en el 200 libre), el japonésKosuke Hagino, vencedor de los 400 estilos, plata en el 200 estilos tras Phelps o bronce en el relevo 4x200 o la sueca Sarah Sjostrom, oro en el 100 mariposa, plata y bronce en el 200 y 100 libre, que se lleva de Río uno de los ocho récords mundiales que ha caído en la piscina.