Javier Mínguez, todo un viejo estratega del ciclismo, lo tiene muy claro. “Van a llegar a la meta de uno en uno, o dos… o tres como máximo”. No más corredores juntos. Mínguez es el seleccionador de ciclismo, quien comparte hotel en la playa de Copacabana -la villa olímpica les pillaba muy lejos del circuito-- con los cinco corredores que este sábado disputan la prueba de ciclismo de carretera de los Juegos y donde hay opciones de medalla con todas las apuestas coincidiendo a la hora de señalar a un corredor como máximo favorito y a la vez pagar menos por su candidatura. No es otro que Alejandro Valverde. 36 años, una fuente inagotable, siempre candidato a la victoria en cuantas pruebas se apunta desde hace más de una década.

Prosigue Mínguez, tantos años al volante, tantos Tours, Vueltas, Giros. “Londres fue muy fácil pero aquí han querido apretar, y más en un día de calor, con 30 grados. La carrera será para escaladores”. Y en España hay dos, porque aparte de Valverde, que es el jefe, Purito Rodríguez es la otra pieza importante del equipo. Un Purito que aprovecha la tranquilidad que se vive en el hotel para confirmar la noticia que, en parte, ya se intuía desde que en lajornada de descanso del Tour en Andorra comunicó que se retiraba. Este sábado será la última vez en la que los aficionados al ciclismo verán al corredor catalán competir sobre una bicicleta.

LA DECLARACIÓN DE PURITO

Purito lo deja en Río. “Esta es mi última carrera. No creo que corra más. Quiero retirarme en una prueba que sea significativa y qué mejor que hacerlo en unos Juegos Olímpicos. Y si, además, logro retirarme con una medalla sería la repera”.

España tiene todas las opciones para pelear por las medallas, con Valverde (principalmente) pero también con Purito, respaldados por tres corredores del conjunto Movistar, todos ellos gregarios del corredor murciano: Imanol Erviti (su habitual protector en el llano), Ion Izagirre (vencedor de la etapa de Morzine del Tour) y Jonathan Castroviejo (con opciones en la prueba de contrarreloj). “Es muy duro, tanto que si te quedas descolgado vas a perder minutos en vez de segundos. Tenemos la táctica clara, pero no la vamos a explicar. El objetivo será aguantar hasta la sexta hora de carrera porque entonces tendremos más opciones”, afirma Valverde.

A las 14.30 (hora española) parte la carrera para finalizar hacia las 9 de la noche, por un circuito de 237,5 kilómetros en el que la denominada subida a la Vista Chinesa debe marcar la carrera hasta el punto de que esta cima quede recordada como un monumento ciclista. Luego 10 kilómetros aguardan a los corredores hasta la meta de Ipanema desde la cima por un descenso tormentoso en el que, según la expresión de Purito, habrá que estar pendiente hasta de las motos que retransmiten la carrera. "Hay zonas donde el asfalto está levantado, como abombado", explica el corredor catalán.

Valverde no quiere colocarse la presión de las medallas porque sabe que, al igual que sucede en la prueba del Mundial, muchas veces las medallas se otorgan como si fuera una lotería, aunque sí es cierto que él tiene muchos boletos.

Sin embargo, hay que citar otros nombres ilustres como los de Vincenzo Nibali(que se tomó el Tour como ruta preparatoria para Río), su compañero Fabio Aru y sobre todo el del ganador en París, Chris Froome, sin olvidar a su gregario de lujo Wou Poels, en Holanda, sin la consigna de tener que ayudar a su jefe de filas en el Sky, a Tom Dumoulin que ha superado la pequeña fractura que se hizo en la antepenúltima etapa del Tour y al pequeño ejército de ‘escarabajos’ colombianos lideradores por Rigo Urán (plata en Londres).

Todos los ojos estarán pendientes de Valverde, que según como le vaya en la carrera se apuntará o no a la Vuelta (hizo Giro y Tour este año, pero sueña con hacer historia con tres ‘top tens’ en las ‘grandes’). “Es como una etapa de montaña del Tour”, insiste Purito. Las bicis ya están preparadas para su viaje olímpico.

La pista espera a 'sir'

Las miradas del mundo ciclista se orientarán los días 11 y 12 de agosto hacia el velódromo de Río donde aguarda una de las grandes estrellas de este deporte, el ciclista que hace algo más de un año decidió aparcar su bicicleta de carretera para concentrarse en la pista y concretamente en una prueba, la persecución por equipos, al frente del conjunto británico. 36 años lo contemplan. Se llama Bradley Wiggins y el año 2012 (algunos dicen que con Chris Froome poniendo el freno de mano) se proclamó ganador del Tour.

Estos últimos meses, el ciclista inglés, con el título de 'sir', se ha preparado en exclusiva para la pista, y hasta ha convencido a Mark Cavendish, para que forme parte de lo que debe ser un equipo británico intratable en la persecución. A Wiggins (oro en la contrarreloj de Londres 2012) se le recuerda más por sus gestas en la carretera pero supalmarés olímpico de pista es solo digno de un auténtico campeóny un héroe de los Juegos. Entre Sydney y Pekín ganó nada menos que seis medallas: tres oros, una plata y dos bronces. Impresionante.