Seguro que han escuchado hablar del periodo de gracia de los 100 días cuando hay un nuevo gobierno. Se dice que esta norma no establecida se originó en Estados Unidos en el año 1933 cuando Franklin D. Roosevelt acuñó el concepto para intentar revitalizar la economía y acabar con la crisis económica del crack del 29. En esos primeros tres meses y pico el presidente estadounidense tomó medidas simbólicas y contundentes que le sirvieron, entre otras cosas, para construir su propia imagen.

En Castelló, parece evidente que esa costumbre de los primeros 100 días no es lo que era en su inicio. Por parte del gobierno, el Acord de Fadrell supone una continuidad en las políticas que se iniciaron ahora hace cuatro años con el Pacte del Grau y por eso las medidas de los primeros días serán, en la mayoría de casos, seguir profundizando en lo hecho los últimos años. No se prevén grandes giros políticos, pero sí una aceleración y despegue basado en la experiencia y en el mayor poder, cuantitativo y cualitativo, del actual gobierno. Por parte de la oposición, lo de dar 100 días de gracia en el gobierno parece que ha acabado en el fondo del mar. También parece que se seguirá un guion continuista en cuanto a la manera de fiscalizar el trabajo del gobierno y se instalarán en el negacionismo y el antigobierno.

Y PARA MUESTRA un botón, o unos cuantos. Se critica que el Casal Jove no ofrezca actividades en verano pero se obvia que eso ocurre porque se ofrece el espacio a colectivos culturales del Grau y a la comisión de fiestas de San Pedro. Se tacha de desmesurada la inversión para volver a dar uso el antiguo edificio de los juzgados de Borrull cuando no se dice que la Generalitat se ha comprometido a aportar en la inversión o se olvida lo que costó el antiguo asilo. También se ha dicho estos días que nuestra alcaldesa Amparo Marco no ha sido suficientemente reivindicativa con el president Ximo Puig, cualquiera lo diría viendo, entre otros temas, que la deuda de la Generalitat con el Ayuntamiento está en mínimos históricos.

Dicho lo cual, más allá del desacierto de una parte de la oposición en sus críticas, lo que me parece más significativo es que no se guarden esos 100 primeros días ni se deje reestructurar el gobierno y se tiren a degüello. Entiendo que, en esa guerra por el espacio político de la derecha cada vez más sobreexcitado, algunos quieran pegar primero y salir antes en la foto que el otro, pero no estaría de más (ya que se saltan a la torera el periodo de gracia mencionado) ser mínimamente escrupuloso con lo que se dice. Más sorpresivo resulta que de las tres derechas, solo haya habido una que no haya caído en este desaguisado, tal vez por inexperiencia. ¿Adivinan cuál? Una pista: al final, el genuino suele ser más franco que las copias.

Nada nuevo bajo el sol. Espero equivocarme, pero mucho me sorprendería que las tres derechas minimizaran la oposición basada en la sobreactuación, el cinismo y la posverdad a la que nos acostumbraron la pasada legislatura. Sinceramente, resulta incómodo para el gobierno pero, viendo los resultados municipales, tampoco nos preocupa demasiado. Nosotros a lo nuestro, a mejorar Castelló.

*Portavoz del gobierno municipal del Ayuntamiento de Castelló