Tras el adelanto electoral, parece que el presidente, Ximo Puig, ya ha cerrado su gobierno, sus altos cargos, los asesores y los directivos de las empresas públicas. Todos juntos suman la modesta cifra de 330 personas. Los 330 de Puig que ha logrado la nada sencilla operación de casi doblar los altos cargos en cuatro años, mientras por otro lado nos contaba a todos que la Comunitat no tiene dinero. Sencillamente difícil de entender, o mejor de asimilar.

Lo cierto es que el president Puig, entre nombramiento y nombramiento, ha pasado el periodo estival, y parece que una vez nombrados todos, es el momento de realizar recortes. Puig ha hecho bueno aquello de primero yo, después mi gobierno y cuando llegan el turno de los valencianos entonces toca los recortes. Y es que nadie duda que el gobierno de Puig va a tener que coger el bisturí para recortar derechos de los valencianos, justo después de haber hinchado su administración a base de nóminas que pagamos todos, justo a los mimos a los que ahora pretende recortar. Es sin duda un acto de egoísmo democrático de alto nivel. Aumenta su gobierno, dice que no hay dinero y entonces recorta derechos a los valencianos para poder seguir manteniendo a los 330 que ha nombrado.

El cuento de la falta de financiación autonómica fue el hilo conductor de la primera legislatura de Puig. Entonces nos contó, y así es, que la Comunitat estaba mal financiada, omitió que por culpa de una ley socialista de financiación que él aplaudió, y bajo esa premisa cada incumplimiento realizado por su gobierno, y fueron muchos, los cargaba a la falta de financiación. Ahora, su legislatura empieza con nombramientos de cargos y asesores como si no hubiera mañana, y una vez nombrados todos anuncia la necesidad de realizar recortes por valor, de al menos, 500 millones de euros.

Los recortes, de al menos 500 millones de euros, que serán más dado que el Ministerio de Hacienda, socialista, señala que son 1.700 millones los que las cuentas valencianas recogen de más y que el Ministerio no ha autorizado, supone sin duda la forma de iniciar la segunda legislatura de Puig. La de los recortes. Llevo desde el mes de enero de este año diciendo que las cuentas valencianas estaban hinchadas en al menos 1.500 millones, el Ministerio de Hacienda lo eleva a 1.700 millones, y la primera medida de Puig ha sido aumentar el gasto con 330 altos cargos, asesores y directivos, y una vez nombrados recortar los derechos, las inversiones, las ayudas y los proyectos al resto de los valencianos que somos los que mantenemos día a día a sus 330. Los calificativos los pondrá cada uno, pero no parece de recibo, ni ético que una administración que sabe que tiene estrecheces y dificultades económicas lo primero que haga es aumentar el gasto nombrando a personal, para después recortar el gasto no en ese personal, sino en derechos y acciones que van directamente a la sociedad valenciana.

La falta de financiación ya no es la excusa, si Puig tiene dinero para nombrar a 330 personas, tiene dinero para desatacar la dependencia, combatir la pobreza, disminuir las listas de espera sanitarias, o construir colegios. Y si no lo hace, que no lo hace, es debido a que los valencianos no son su preocupación, son solo el medio para que él y sus 330 sigan en el poder.

*Diputado autonómico del PP