Tengo 37 años… Eso mismo pensaba el jueves cuando en España conmemorábamos el 40 aniversario de las primeras elecciones generales de la democracia. Un hito histórico en el que me adentré de la mano de un testigo de excepción, el senador constituyente castellonense, Joaquín Farnós Gauchía, al que invitamos a participar del ciclo de conferencias Castellón Diálogos organizado por la Comisión de Sanidad de la Junta Local del PP de Castellón.

Al doctor Farnós y a otros muchos diputados y senadores les debemos la estabilidad política, el progreso económico y el desarrollo social que hoy ha alcanzado España. Fueron ellos, diputados y senadores representantes de diferentes posturas ideológicas, muchas antagónicas, quienes votaron la Constitución del 1978 dando inicio a la mayor etapa de prosperidad que haya vivido jamás nuestro país. Hoy echamos la vista atrás y, escuchando el relato de quienes vivieron aquella época, muchos sentimos nostalgia… ¿Cuándo abandonamos el espíritu de la Transición las generaciones que les sucedimos? ¿Dónde aparcamos la concordia de aquellos tiempos? ¿Por qué renunciamos a entendernos y a trabajar juntos desde la unidad, la libertad y el respeto?

La decisión que tomé hace una semana de presentarme como candidata a la reelección a presidenta local del Partido Popular en la ciudad de Castellón tiene mucho que ver con esta reflexión porque tengo 37 años, creo y tengo fe. Creo en la capacidad de las personas para entendernos y tengo fe en que un día abandonaremos dogmas y posturas sectarias para abrazar un objetivo común. No viví la Transición a la democracia, no aprobé la Constitución, nací con la libertad recién estrenada y dedico mi vida al noble oficio de la política, una actividad que hoy está más necesitada que nunca de profesionales valientes y entregados como lo fueron los padres de nuestra querida Constitución.

*Presidenta del PP en Castellón