El pasado viernes se cumplieron 41 años de unión y concordia. Porque sí, eso es el 6 de Diciembre, el día que celebramos contar con la mejor expresión de unión y concordia de nuestro país: la Constitución Española. En un momento de tremenda dificultad, donde parecía imposible que los extremos se diesen la mano, ocurrió el milagro. La generosidad de unos y de otros permitió dar paso al periodo de mayor estabilidad de España hasta la fecha.

Ahora, sin embargo, los máximos representantes de la soberanía nacional y, por tanto, garantes de la ley de leyes de España, se permiten el lujo de ignorarla e insultarla en sede parlamentaria. «Por imperativo legal, por la república o por los presos políticos» fueron solo algunas de las lindezas que se escucharon en la constitución del Congreso. Una jornada que debía de haber servido para dar el pistoletazo de salida a la nueva legislatura, se convirtió en un circo gracias a la permisividad de la Presidenta de la Cámara Baja.

Y es que Meritxell Batet se comportó más como una hooligan al servicio del Partido Socialista Español y de sus socios, que no como una presidenta al servicio de todos los españoles como se le presupone.

PUES BIEN, sepan estos señores que la Constitución es lo que les permite precisamente que ellos puedan referirse en estos términos donde lo hicieron y representar a su electorado libremente. Porque por más que algunos se empeñen en lo contrario España es un Estado de Derecho y democrático.

Lo que no vamos a permitir desde Ciudadanos es que se siga poniendo tela de juicio ni la Carta Magna ni la unidad de nuestro país. España no tiene ocho naciones como afirma el PSC de Iceta, no tiene presos políticos ni mucho menos tiene una Constitución que deba destruirse de un plumazo porque según algunos no esté legitimada.

MIREN, EN MI CASA siempre nos enseñaron que de bien nacidos es ser agradecidos y nosotros les debemos mucho a los siete padres de la Constitución. A todos esos valientes que nos han llevado hasta aquí con sangre, sudor y lágrimas.

Esto no nos lleva a negar la evidencia y es que España necesita reformas para avanzar y seguir creciendo. Pero esas reformas han de venir siempre desde el centro y la moderación. Acabar con todo como pretenden los separatistas y los populistas no puede ser nunca la solución, como tampoco lo puede ser el inmovilismo interesado en muchos casos de PP y PSOE.

EN ESTOS tiempos difíciles apoyarnos en la Constitución y defenderla con uñas y dientes es más necesario que nunca. Saber dónde venimos, dónde estamos y sobre todo hacia dónde queremos ir, imprescindible. Estoy segura de que la mayoría de españoles comparten mi opinión de querer vivir en un país moderado, centrado y moderno frente a las ansias rupturistas y nacionalistas.

Necesitamos un país fuerte que pivote alrededor de una ley ajustada a los tiempos y que ampare la libertad y la igualdad de todos. Una ley como nuestra Constitución Española.

*Portavoz de Ciudadanos en la Diputación y en el Ayuntamiento de Benicàssim