Seguro que recuerdan la película que batió todos los récords del cine español, seguro que rieron a carcajadas y seguro que estarán de acuerdo en que el éxito que cosechó 8 apellidos vascos pasa más por un tema sociológico que cinematográfico. Y es que el sevillano enamorado tenía que demostrar un linaje puramente vasco para ganarse la confianza del padre de la novia. Y ese RH negativo, al que recurría con frecuencia Arzalluz, es el que parecen querer importar socialistas e independentistas de Compromís a nuestra ciudad. Esta semana hemos sido tristemente portada nacional porque el Ayuntamiento de Castellón está enviando cartas a los padres y madres de recién nacidos instándoles a valencianizar sus apellidos. Nada más y nada menos que ¡a cambiar de identidad! Una nueva campaña política que pretende imponer el valenciano entrando en el ámbito más íntimo de las personas y que desde el PP consideramos intolerable.

La ciudad de Castellón ha sido siempre ejemplo de tolerancia y respeto. Nunca la religión y nunca la lengua habían sido motivo de enfrentamiento y división entre los castellonenses. Somos una ciudad pacífica, integradora y abierta. Y queremos seguir siéndolo. No es un problema de la lengua, es su imposición. Nosotros defendemos la libertad. Libertad para poder elegir en qué lengua hablamos a nuestros hijos o en qué colegio queremos que estudien. Por eso ruego al Partido Socialista y a Amparo Marco que rectifique y renuncie a posturas radicales y de pensamiento único, como las que está defendiendo su gobierno. A los castellonenses nos preocupa poco el origen de nuestros apellidos, si los 8 son valencianos, manchegos o vascos, así que los populares seguiremos trabajando para que Castellón vuelva a ser la ciudad del respeto y la tolerancia que ha sido siempre, y no la actual del adoctrinamiento y la imposición.

*Portavoz del Grupo Municipal Popular en Castellón