Esa fue la pregunta que la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, hizo a la bancada de la derecha y ultraderecha hace unos días ante las acusaciones reiteradas y demagógicas de haber propagado el virus en las manifestaciones del último 8 de marzo, en el que decenas de miles de mujeres volvimos a salir a la calle.

Las constantes acusaciones de situar esa fecha como el origen de la expansión del covid-19 provocan hartazgo y hasta repugnancia. Esos y esas que acusan y culpan a las mujeres feministas son los que huelen a rancio, a naftalina, a brillantina y caspa, a podredumbre franquista. Son ellos y ellas los que practican el rencor, los que se alimentan de la crispación política y fomentan, como no, la confrontación social.

Las mujeres olemos a Igualdad. Olemos a feminismo, y eso quiere decir derechos y libertades para todos y para todas. Eso quiere decir autonomía y libertad, capacidad para elegir cómo, cuándo y con quién queremos construir nuestro proyecto de vida.

Las mujeres olemos a poder, porque somos más de la mitad de la población. No somos un grupo social, somos más de la mitad de la sociedad. Por eso, la reconstrucción de este país y del mundo será feminista o no será. Porque una vez más se ha comprobado que hemos sido las mujeres las que hemos asumido la mayor parte de la carga que supone el sistema de cuidados y de protección durante esta crisis sanitaria.

A las mujeres nadie nos ha regalado nada. Nuestras conquistas en favor de la igualdad las hemos conseguido con sangre, sudor y lágrimas. Nunca fue fácil, pero con constancia, perseverancia, rigurosidad y complicidad social hemos avanzado en derechos y en igualdad. Y no estamos dispuestas a dar, como es lógico, ni un paso atrás.

La historia pondrá a cada cual en su sitio. Y a las mujeres feministas y al PSOE se nos recordará como el motor que impulsó los avances para conseguir una igualdad real y efectiva en nuestro país. Democracia.

Porque las conquistas en igualdad tienen el sello socialista, diga lo que diga la derecha y la ultraderecha. Y ahí está la historia reciente de España. Cuando gobierna el Partido Socialista se avanza en derechos y libertades. En Igualdad y justicia social, para todas y para todos, porque el feminismo es igualdad.

Y cuando gobierna la derecha, se aplican recortes sociales y retrocesos en derechos y libertades. Y ahí están las pruebas. Se opusieron al divorcio, se opusieron al aborto, se opusieron al matrimonio entre personas del mismo sexo, se abstuvieron a la ley de igualdad y se opusieron a tantas otras cosas.

Acudieron a los tribunales para combatir esas leyes y perdieron, pero disfrutan de esos derechos y libertades que nunca quisieron que se reconocieran. Y ahora vuelven a perder la batalla judicial, porque después de la bronca que montaron por la manifestación del 8-M en Madrid, el caso ha sido archivado.

Cuando la derecha no gobierna, porque así lo decide la ciudadanía y porque eso es la democracia, las responsables siempre somos las mujeres. Esa es la lectura que hace la derecha y la ultraderecha aquellos y aquellas que «no amaban a las mujeres», como la famosa novela sueca.

La España en blanco y negro se acabó, aunque la derecha y la ultraderecha no se quiere enterar. Se acabó el rol de las mujeres sumisas y al calor del hogar. Hace muchos años que no vale el dicho de «en casa y con la pata quebrada». Somos ciudadanas de primera, como los hombres. ¿Se han enterado? Sin mujeres no hay recuperación, sin las mujeres el mundo se para.

No queremos privilegios, queremos igualdad y las mismas oportunidades para todas y para todos. Queremos decidir, queremos ser parte activa desde las instituciones para decidir la sociedad y el país que estamos construyendo.

El PSOE siempre ha apostado firmemente por la defensa de los derechos, la libertad y la seguridad de las mujeres. Para las y los socialistas el feminismo no es una moda del siglo XXI. Por eso defendemos desde hace muchas décadas las políticas de igualdad como instrumento para mejorar las vidas de todas las personas. Por eso los gobiernos socialistas han sido siempre los impulsores de las leyes en favor de la igualdad real de derechos. Hechos y no palabras. Porque cuanta menos discriminación sufran las mujeres, más justa será la sociedad para todos.

*Diputada del PSOE por Castellón en el Congreso, portavoz adjunta GPS y secretaria ejecutiva contra la Violencia de Género