Ancha es Castilla, eso es lo que debió pensar Vicent Marzà el día que se sentó en su despacho por primera vez: Se van a enterar los centros concertados, las universidades privadas y todo lo que suponga una opción diferente a la mía. El objetivo del conseller de Educación era claro, imponer un modelo único y sectario, olvidándose de que por encima de sus caprichos y de su voluntad existe una constitución que nos ampara, existe un Estado de Derecho que vela por nuestras libertades y existen los tribunales para pararle a este señor los pies.

Marzà se ha pasado parte de su vida política detrás de una pancarta y se va a pasar la otra mitad defiendo las nefastas decisiones que ha tomado en los tribunales.

Esta semana hemos vivido el primer ejemplo, en esta ocasión el aviso es para la Conselleria de Sanidad, pero la medida contaba con todas las bendiciones de Marzà: el TSJCV ha paralizado de forma cautelar la medida del Consell sobre la realización de las prácticas en hospitales públicos por estudiantes de las universidades privadas. Es increíble que se tengan que imponer medidas cautelares para garantizar la normalidad del inicio del curso. Este va a ser el único lenguaje que va a entender el tripartito, el de los tribunales, pues allí nos veremos, pero les garantizo que cuatro radicales no acabarán con nuestros derechos y libertades. H

*Diputada autonómica PP