El decreto de plurilingüismo del sr. Marzà está provocando un doble enfrentamiento. Por un lado, entre los colectivos implicados, quienes deberían trabajar conjuntamente para aumentar los recursos para los que la vieja política solo ha dedicado las sobras. Y, por otro, nos está enfrentando a nosotros mismos.

La Comunitat Valenciana siempre ha sido un pueblo de mente abierta, integrador, flexible y con un valor añadido para los negocios. Pero ahora, llega el Consell de las personas y ¿quién lo iba a decir? quiere borrarlo de un plumazo. Así, nos encontramos con una «doctrina» que atenta contra la igualdad recogida en la Constitución.

El conseller, en su afán por imponer un poso ideológico, quiere desviar la atención sobre lo importante, como es borrar del mapa los barracones, arreglar posibles deficiencias en las instalaciones, trabajar por el reconocimiento del profesorado, fomentar el plurilingüismo real, promover la libertad de elección, en definitiva, proponer, que no imponer, una educación, universal, de calidad y que busque la excelencia.

Eso es por lo que estamos apostando en C’s. Nuestro objetivo es que todos tengan las mismas oportunidades con independencia del contexto familiar o la Comunidad. Nuestra lengua materna y cultura son parte de nosotros, ni somos menos que nadie, ni le debemos favoritismos o servidumbre a ninguna otra. Pero, desde luego, quiero que mi hijo se pueda expresar en cualquier idioma, abriéndole las puertas y no encerrándole en una muralla. Els castellonencs, valencians i alacantins pertanyem tots i cadascun de nosaltres a aquesta Comunitat, i a la vegada part d’Espanya, gran país de cultures equidistants i per què no, tan riques en conjunt que molts dels països europeus ens tenen enveja.

*Diputada de Ciudadanos en el Congreso por la provincia de Castellón