La posibilidad de solicitar el nuevo Ingreso Mínimo Vital (IMV) es una opción desde ayer en Castellón y en el resto de España, pero con no pocas dificultades y muchas dudas. Solo para comenzar, la tramitación de la petición es viable solo a través de internet, de forma que la evidente brecha digital que existe entre quienes manejan las tecnologías de la información y disponen de los equipos imprescindibles y quienes no, es un hecho que se traduce en discriminación para los menos favorecidos, precisamente, a quienes va dirigida esta ayuda.

El presidente del Colegio Oficial de Trabajo Social de Castellón, Jaume Agost, ha alertado ya sobre la necesidad de habilitar con la menor demora posible la atención presencial para permitir el acceso a todos. De entrada, las oenegés avisan también de que la vía telefónica para hacer consultas al respecto puede quedar colapsada y resultar, por lo tanto, inútil.

Un colapso que los sindicatos temen que se producirá en cualquier caso ante la falta de personal suficiente en el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), que ya padecía de forma previa a la crisis sanitaria y a la entrada en vigor del IMV una flagrante falta de personal, como afirma el secretario general de la UGT en Castellón, Francisco Sacacia.

Son múltiples las dificultades y las incógnitas con las que echa a andar un Ingreso Mínimo Vital que arranca con el respaldo unánime de las fuerzas políticas, aunque con no pocos matices.