Con el nuevo año y teniendo en cuenta las cifras de turistas alcanzadas en el 2017, colocando a España en el segundo país receptor, detrás de Francia, del sector turístico y a escasas fechas de la inauguración de FITUR en Madrid, la cita más importante donde se planifican las ofertas turísticas por parte de los tour operadores y demás empresas de servicios afines, creo conveniente hacer una reflexión.

Los movimientos antiturismo y la inestabilidad política en Cataluña, han pasado factura. El número de turistas en el territorio catalán ha bajado, desde octubre a Diciembre 2017, en un porcentaje sino alarmante, sí preocupante. De ser un destino preferido junto con las Islas Canarias y las Baleares, ha pasado a ser alternativo o de segunda opción.

Somos conscientes de la potencialidad turística de la provincia de Castellón. Rectificar es de sabios y los malos enfoques de épocas pasadas no deben continuar. Si queremos sacar rentabilidad al turismo, los locales, nosotros, hemos de aceptar los posibles inconvenientes que ello conlleva y que es el precio que hay que pagar por hacer disfrutar a otros, no solo en la época estival sino a lo largo de todo el año, de nuestra oferta turística en todos sus aspectos, clima, paisajes, música, cultura, historia, gastronomía, etc.; y para ello hemos de estar mentalizados.

En la actualidad y por razones diversas, nuestra sociedad se muestra, en cierta manera, como marginal a los, cada vez, más numerosos visitantes de nuestras tierras. En mi opinión, hay un cierto individualismo y tradición de vida comunal por parte de los locales que hace que, en muchas ocasiones, no exista la empatía y buen hacer en el trato con los foráneos.

Hagamos, pues, una valoración. Es nuestra otra gran industria.

*PSPV-PSOE Castellón