Tras el fracaso que supone que los partidos políticos no hayamos sido capaces de conformar el Gobierno que la Nación merece, volvemos a encontrarnos ante una nueva encrucijada. Es cierto que tenemos nuevamente la oportunidad de afianzar la recuperación, potenciar nuestro crecimiento y consolidar la creación de empleo. Pero también es cierto que no debemos confundir la política con la contabilidad y la economía con la hacienda.

La reactivación económica por sí misma no bastará si no nos damos por enterados del cambio social que se ha producido y de la exigencia de renovadas formas y lenguaje. Los hombres y mujeres del PP debemos recuperar la mayoría social que apoyaba nuestro proyecto político; debemos recuperar el poder de fascinar, de seducir al electorado, porque evidentemente la honradez, la humildad, el trabajo y la cercanía se presuponen.

Y por eso ahora más que nunca, es la hora de las ideas. Es muy difícil recuperar la mayoría social si no somos capaces de defender y transmitir qué es lo que pensamos sobre las grandes cuestiones. La pérdida de tensión ideológica acaba estimulando a la izquierda y le deja un espacio libre para el combate de las ideas.

Desde el Partido Popular defendemos la libertad y la responsabilidad individual, la libertad económica, la igualdad de oportunidades, la ética del trabajo y la búsqueda de la felicidad. Defendemos nuestros procesos de identificación colectiva: nos sentimos valencianos y españoles. Es imprescindible que retomemos esa labor que otros han ocupado impunemente con ánimo de dividir. Hemos de construir esa Nación de ciudadanos libres e iguales. Defendemos y somos respetuosos herederos del legado del pensamiento cristiano. Tomás de Aquino decía que la bondad moral dependía de la libertad y Hegel que “fuera del cristianismo, la libertad auténtica era desconocida”. Hay una serie de valores fundamentales como la libertad y el reconocimiento de la dignidad esencial de las personas, que son imprescindibles para entender nuestra civilización. Por eso defendemos los derechos humanos. Defendemos una sociedad del bienestar que proteja a los que más sufren, que no deja a nadie atrás, en especial a los más desfavorecidos: los niños, los mayores, los discapacitados y aquellos cuyo proyecto de vida ha resultado fallido.

Preferimos crear riqueza para rescatar a la gente, antes que gestionar pobreza. A la izquierda le molesta que haya ricos, y al PP le preocupa que haya pobres. Las soluciones basadas en la prosperidad son la respuesta. Por estas ideas vale la pena dar la cara. H

*Vicepresidente de la Diputación de Castellón