El mercado laboral de Castellón maneja unos ritmos de crecimiento semejantes a los anteriores a la crisis pero la calidad del empleo que se genera en muchos casos queda en entredicho. Las cotas de temporalidad son muy elevadas y, además, los sindicatos denuncian que algunos sectores obligan al trabajador a encadenar un contrato tras otro, lo que en realidad viene a ser un mismo puesto de trabajo.

Las ocupaciones de camarero, ayudante de cocina, personal de limpieza, albañil o peón para la industria son ahora alguna de las profesiones más contratadas. Ocupaciones que están sujetas a la estacionalidad o a contratos por obra y servicio que dibujan un mercado laboral donde la firma de acuerdos indefinidos está arrinconada. El fenómeno se centra en segmentos económicos tan significativos como la hostelería, la restauración y el comercio con contrataciones a tiempo parcial en detrimento de la jornada completa. Fenómeno que preocupa a los sindicatos, porque hay empleados que echan más horas de las estipuladas, y que sigue al alza. Un fraude.

Con este panorama no es de extrañar que en plena temporada estival existan hoteles, restaurantes o bares que tengan serias dificultades para encontrar camareros o ayudantes de cocina, por citar dos ejemplos.

No les falta razón a los empresarios cuando dicen que necesitan mano de obra cualificada para atender sus negocios, pero tal exigencia debería estar acompañada por unos sueldos acorde al trabajo realizado y, al tiempo, de las jornadas de descanso y la tributación de todas las horas desempeñadas por cada trabajador. Sin olvidarnos de que la formación prometida por el Servef debe ser una realidad y no una promesa más de los políticos.