Benicàssim no merece el ninguneo a que le está sometiendo la Generalitat en todos los asuntos, pero mucho menos en el de Villa Elisa. Por eso, al señor conseller habrá que recordarle que un político necesita sensibilidad y memoria y sino, como dicen en el cole: codos.

Villa Elisa, palacete modernista para quien no lo conozca, se comenzó a rehabilitar con un acuerdo entre la Generalitat y el Ayuntamiento, gobernando el PP y ARB. Cuando el tripartito de nacionalistas, socialistas y comunistas asumió la alcaldía fue el entonces alcalde Francesc Colomer, quien decidió de manera unilateral dejar de ejecutarla a medio hacer. La presión era para cobrar, e incluso le puso una pancarta. No cobró, ni acabó la obra. Eso fue hace casi una década. Durante estos años, el PP de Benicàssim ha sido, como se dice aquí, un “corcó”, exigiendo y reclamando que se acabara la obra y se pagara la deuda.

Por eso resulta amargo que un conseller sin conocimiento de causa venga a decir que, si reclamamos ahora es porque ha cambiado el gobierno. El gobierno ha cambiado, sí, pero no para mejor, puesto que este conseller no solo no cumple su palabra, sino que además desconoce de lo que habla.

El PP quitó la pancarta de Villa Elisa, pero tal vez como este gobierno es aficionado al pancartismo, igual debemos colgarla para que sepa de qué hablamos. H

*Alcaldesa de Benicàssim