Querido/a lector/a, si no se encuentra una solución a última hora, todo apunta a que el plan de Hacienda para facilitar que los ayuntamientos puedan utilizar sus ahorros o remanentes (unos 15.000 millones bloqueados por la ley presupuestaria) está amenazado de muerte. O dicho de otra forma: la fórmula pactada con la Federación de Municipios que pasa por transferirle y cederle al propio Gobierno el uso inmediato de esos fondos a cambio de algunas prebendas y su devolución a los ayuntamientos, en el plazo de 15 años, desbloqueados y con la posibilidad que puedan gastarlos en lo que necesiten, parece que de momento no tiene futuro. Entre otras razones porque junto a la oposición sistemática de los de siempre (PP, Vox, PDdCat... ) que solo buscan el deterioro electoral del Gobierno, ahora se le unen los votos de los diputados de Cs, Compromis, En Comú-Podem...

La verdad es que no me extraña. Y es que, se diga lo que se diga, aun pululan por ahí un par de circunstancias que siendo una histórica y de fondo y, otra más reciente, advierten de las necesidades del municipalismo democrático y de las formas de la acción política cuando se está en minoría. Digo que, los ayuntamientos, son esas instituciones que por su cercanía a la realidad y compromiso con los ciudadanos, pero también por comparación con otros ayuntamientos de la UE, reclaman alejarse de bloqueos y recortes y necesitan ampliar sus competencias y su participación en los fondos públicos. Al tiempo, y no es casa menor, el Gobierno tiene que tener conciencia de que no tiene mayoría y que debe cuidar a sus socios, tanto reales y cotidianos como posibles. Y no solo lo digo porque la política siempre es intento de dialogo, sino porque, además, hay que esforzarse en demostrarlo, en que así lo vean, entiendan y con su voto lo juzguen los ciudadanos. H

*Analista político