Para afrontar el futuro es necesario revisar el pasado. Echar la vista atrás nos pone frente al espejo de lo vivido, de lo alcanzado, de lo perdido. Nos sirve también para proyectar un horizonte, para trazar un camino en el que intentaremos no repetir errores, ser mejores. En este último artículo de agosto quiero hacer balance antes del inicio del nuevo curso.

Hace justo un año en esta tribuna escribía un texto titulado Proyectar Castelló . En él explicaba cómo desde 2015 hemos reescrito la reputación de nuestra ciudad, cómo las políticas del Gobierno municipal de progreso han situado a la capital en un nuevo escenario de sostenibilidad, de igualdad, de inclusión. Cómo los fondos europeos que ha conseguido captar el Ayuntamiento han ayudado a transformar nuestro espacio más inmediato, o cómo el impulso del deporte o la innovación ha proyectado el nombre de la ciudad más allá de nuestra provincia. En definitiva, cómo en poco tiempo hemos cambiado la realidad y el relato de Castelló.

Un año después de esas líneas, vivimos un panorama incierto marcado por una pandemia para la que ningún gobierno estaba preparado. Desde el estado de alarma, la gestión municipal ha estado centrada en la crisis: primero, en la respuesta inmediata a colectivos vulnerables, la adecuación del espacio público y la seguridad para el cumplimiento de las restricciones; y mientras, en paralelo, hemos trabajado en paliar los efectos sociales y económicos de la emergencia sanitaria a través de la fiscalidad, la inversión y las ayudas públicas.

El Ayuntamiento, de la mano de la ciudadanía, ha ido adaptándose a cada fase, a cada situación, a cada cambio. Llegó el verano y con él una cierta normalidad. La actividad comercial, la movilidad, los reencuentros... Pero también los rebrotes. No me cansaré de recordar lo importante que son las medidas sanitarias para evitar los contagios, para proteger nuestra salud, para cuidarnos a todas y todos. La mascarilla, la higiene de manos y la distancia de seguridad son nuestra barrera de protección. Gestos sencillos que pueden marcar una diferencia vital.

Y en unos días comienza el curso. La vuelta al cole este año viene marcada por la incertidumbre ante la posibilidad de nuevos rebrotes y las consecuencias que tendrían para las familias -esas que han soportado estoicamente duros meses de confinamiento, criando y trabajando a la vez-. La preocupación es comprensible y compartida, pero nuestros gobiernos, el autonómico y el central, están trabajando para seguir haciendo frente a la pandemia sin dejar a nadie atrás y en esa misma línea continúa el Ayuntamiento de Castelló.

También iniciamos nuevo curso político. Sin duda, estará condicionado por la evolución sanitaria, pero tenemos un presupuesto municipal al servicio de la crisis; una hoja de ruta, la del Acord de Fadrell; y un equipo de gobierno, ahora remodelado, con capacidad, con ganas de seguir transformando la ciudad y hacer de Castelló un lugar donde nuestros jóvenes puedan desarrollar sus proyectos de vida, donde las pymes y los autónomos sigan moviendo la economía local, y la igualdad y la sostenibilidad sigan siendo pilares de progreso. H

*Alcaldesa de Castelló