Defender lo que es justo, imprescindible, urgente. Este es el principio que define la labor diaria de la Alcaldía y el Gobierno municipal en el Ayuntamiento de Castellón. El Pacte del Grau es una hoja de ruta de un ambicioso proyecto de transformación social que en dos años ha plantado las bases del cambio. Tanto en lo que son competencias propias, de gestión municipal, como en la exigencia a otras administraciones de lo que creemos que nos corresponde.

Son muchas las demandas que hemos planteado a otras instituciones y organismos. Al Gobierno central y a la Generalitat. Reivindicamos los proyectos históricos que durante demasiado tiempo, con gobiernos de un signo o de otro, no han sido atendidos e impulsados con la fuerza que hubiésemos querido.

Es el caso de la AP-7. La gratuidad de la autopista ha sido, y es, una demanda justa para Castellón y, por lo tanto, tenemos la responsabilidad de abanderarla de forma permanente. Es una causa justa, imprescindible y urgente. Por eso, vamos a luchar y a presionar para que sea una realidad cuando concluya la concesión ahora en vigor, en el 2019.

Castellón no puede ser menos que otras zonas de España. No se nos puede castigar con peajes, cuando las comunicaciones se colapsan por un exceso de tráfico y cuando las carreteras convencionales, como la N-340, tienen una siniestralidad más alta de lo deseable.

Hemos alzado la voz de la reivindicación, aunque parece que el Gobierno no quiere oír ni media palabra. Desde el Ayuntamiento, hemos amplificado la voz de las miles de personas que en los últimos tiempos han sufrido enormes problemas para desplazarse por Castellón, como consecuencia de las actuaciones de mejora en la A-7 y de las obras del tercer hilo ferroviario.

Esta semana, los municipios afectados por el trazado de la AP-7 nos reuníamos en València, convocados por la consellera María José Salvador, para hacer un frente común en la demanda de la liberalización de la autopista. Es un problema para el que pedimos una solución. Una solución fácil: liberalizar la autopista cuando se cumpla el límite de la concesión. No queremos que se nos vuelva a tratar como una moneda de cambio. Estamos cansados de que no se atiendan nuestras peticiones, cuando hay una mayoría social que está reclamando la liberalización de la autopista.

En pleno siglo XXI, las comunicaciones deben estar a la altura de las necesidades de la sociedad, pero la realidad es que en Castellón nos sentimos ninguneados por el Ministerio de Fomento, que no atiende las reivindicaciones históricas de la capital y la provincia. Es hora de decir «basta ya».

*Alcaldesa de Castellón