Siete días son los que separan este artículo de la última movilización social en defensa de los cítricos y siete mil fuimos los chalecos naranjas que llenamos las plazas de Benicarló y Nules. Unas protestas en las que hemos participado activamente desde Ciudadanos porque nuestro partido, además, fue el único partido constitucionalista que votó en contra en Europa del Acuerdo Comercial con Sudáfrica, claramente perjudicial para nuestros intereses. Un acuerdo que supuso una estocada mortal a un sector ya de por sí muy castigado por su falta de competitividad y por el abandono total de las instituciones en los últimos años.

Miles de hogares de la provincia penden de un hilo, de una decisión política que no llega ni llegará si vuelve el sanchismo al poder después del 28 de abril. Y es que en estos meses el ministro de Agricultura ha sido incapaz de dar un paso al frente para taponar una sangría que avanza sin frenos y que puede destruir un sector que forma parte de nuestra identidad como valencianos.

A día de hoy, las pérdidas se cuentan por millones y las previsiones son aún peores. Por esta razón, es urgente activar medidas que permitan alcanzar un precio de mercado competitivo para las frutas y verduras valencianas y que éste no pueda ser inferior al precio de coste. Cabe apostar por proyectar una imagen de excelencia y calidad de nuestros productos citrícolas, colaborando con las instituciones europeas, siendo esta cooperación una ventaja y no un hándicap para el sector como ha ocurrido hasta ahora. Sebe haber una voz unánime entre los diferentes agentes implicados y las instituciones, que fomenten métodos de producción sostenibles y que cumplan con la normativa fitosanitaria y laboral. Porque solo unidos podremos salvar nuestras naranjas.

*Diputada de Ciudadanos en el Congreso por la provincia de Castellón