Querido lector:

Después de tanta expectación y tanta negociación al final el proceso ha vuelto al principio. La única alternativa viable para el Ayuntamiento de Burriana a fin de que el festival Arenal Sound se pueda celebrar en la localidad es la zona de la Malvarrosa, separada del mar. Una postura inamovible impuesta por los técnicos municipales que descartan la explanada de Mercaplaya que proponían en consenso la Generalitat y los promotores como solución factible para que el festival no perdiera su impronta original de celebrarse en la playa.

Ni la mediación de la Agencia Valenciana de Turismo de Francesc Colomer, ni las condiciones de seguridad que garantizaba la Dirección General de Seguridad, ni la gestión de la Conselleria de Territorio de María José Salvador que hace tan solo unos días daba el visto bueno a la zona de Mercaplaya, ni todas las medidas correctoras que pueda implantar la empresa organizadora en esta zona o en la original al lado del puerto donde se ha celebrado desde el principio, han sido suficientes para convencer a los técnicos municipales y por tanto al gobierno de Burriana.

Y claro, salvo que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat, que dirime el recurso de los promotores por la sentencia por ruido de 2013 contra el festival que busca una resolución favorable con el argumento de que ese fallo lo fue contra la edición del 2013 y no de una futura como la del 2016, resuelva a su favor en unas pocas semanas, el evento será en la Malvarrosa.

Se han vendido ya 45.000 entradas, el cartel está ya casi al completo y prácticamente no hay tiempo material para buscar otro emplazamiento playero en tres meses. Así que irremediablemente deberá ser ahí si quieren que haya festival. Pero una cosa es cierta, los organizadores, ya con tiempo y sin el retardo que han supuesto las últimas negociaciones, buscarán seguramente para 2017 otro lugar. Podrá ser Nules, que ya ha conveniado con ellos. O cualquier otro. Pero todo pinta, salvo cambios importantes, a que Burriana sin playa, no.