Ayer quemamos nuestras fallas. Cumplimos una tradición que nos identifica, emblema de nuestra historia y cultura, de nuestro carácter. Somos luchadores infatigables, artistas absolutos y valientes sin límite. Una ciudad convencida de que cualquier objetivo, por difícil que se presente, es alcanzable y merece la pena dejarse la piel en conseguirlo.

Las fallas vertebran esa identidad. Son patrimonio y tesoro, son motor económico, prestigio y grandeza. Monumentos que se diseñan, trabajan y cincelan durante todo un año para exhibirse solo unos días. El arte que sucumbe al fuego para resurgir de las cenizas el año próximo con creatividad renovada e ingenio.

Y esa capacidad única que caracteriza a las fallas es la que nos define como vecinos. Somos ejemplo de superación, capaces de alcanzar cualquier objetivo con talento y ambición. Con la fortaleza de quien cae y se vuelve a levantar. Y con esa ilusión hemos heredado de quienes consiguieron metas impensables debemos seguir avanzando.

Burriana merece prosperidad, empleo y prestaciones. Y quienes estamos en política con vocación de servicio público debemos trabajar por la felicidad de nuestros vecinos. Ese es el primero y último de nuestros objetivos. Porque para recuperar el prestigio y orgullo perdidos debemos escuchar a nuestros vecinos y resolver sus problemas, ser capaces de responder a sus necesidades y luchar por garantizar inversiones.

Y como el Ave Fénix, debemos resurgir de nuestras cenizas para crear e incentivar este patrimonio único que tenemos la suerte de compartir. Porque esta tierra nos une, cuna de citricultores, tejida por caminos rurales, bañada por la belleza virgen de la playa, la riqueza de nuestro comercio, el potencial del turismo, las tradiciones que nos identifican. Es Burriana. Es nuestro orgullo.

*Portavoz del PP en Burriana