Querido lector:

Las fiestas de la Magdalena 2016 están viviendo muchas novedades. La Junta presidida por Juanvi Bellido ha desarrollado una tarea tan espectacular de trabajo y gestión en tan solo tres meses que va a permitir a los castellonenses disfrutar de unas fiestas inimaginables hace tan solo unas semanas, cuando la situación era tan crítica que provocó la dimisión de la concejal responsable de Fiestas, Carmen Oliver. Pero muchas cosas deberán cambiar para la Magdalena de 2017. Muchas.

Con el actual sistema festero, la Junta programa y propone y el Patronato de Fiestas, es decir, el Ayuntamiento dispone. Así es el sistema, así está reglado y así se ha funcionado a duras penas estos últimos meses debido a la novedad del mismo y a la novedad de todos los organizadores, Junta y Ayuntamiento. Pero como digo, el sistema debe perfeccionarse y ajustarse con más tiempo y con más solvencia... para salvar los muchos inconvenientes con los que la actual Junta se ha encontrado. El nombramiento, por ejemplo, de Sara Usó, ha facilitado sobremanera el embrollo, la elección de una gerente del Patronato facilitará mucho las cosas de cara al futuro y la experiencia vivida en estos meses de trajín festero ayudará para el ejercicio siguiente también.

Las fiestas oficiales saldrán bien (gracias a este trabajo de Junta y Patronat), que no es poco dado el escaso tiempo existente y dados los problemas mencionados, pero la fiesta ciudadana deberá ser abordada con prontitud con una revisión urgente de muchas de las disposiciones municipales que condonan la espontaneidad de la esencia de la Magdalena, la realidad de la calle. El legalismo temeroso que ha provocado una sumisión burocrática impresentable a collas y gaiatas en materia de impuestos, tasas, decibelios y normativas absurdas, no vistas en ningunas fiestas de nuestro país, está creando un malestar popular que incluso puede emborronar la buena labor hecha hasta ahora. La fiesta es un tiempo excepcional. Y así debe ser normativizado. Y si los políticos no tienen cintura para verlo, mal vamos. Aviso efectuado.