Decían PSOE y Compromís, con el mando a distancia de Podemos, que venían para cambiar las cosas, y esa ha sido la única verdad que nos han contado hasta la fecha. Han cambiado, pero a peor.

Con Puig y Oltra, Castellón se siente aislada, huérfana de un gobierno en la Comunitat que responda antes las necesidades de nuestra provincia. Y es que por cambiar, cambian hasta las palabras. Antes se hablaba de recortes, pero ahora el president Puig elimina camas de pediatría en el Hospital General, ha eliminado médicos del centro de Rafalafena, de San Agustín y San Marcos, los de familia de Torrehermosa de Vial-real o cerrado por la tarde el ambulatorio de Palleter en Castellón. Esto ahora se llama reorganización. Además, el Centro de Coordinación de Urgencias sanitarias que estaba en Castellón se lo quiere llevar a Valencia. La penúltima ocurrencia es que la plaga de mosquitos tigre se acabe con unos folletos informativos, dado que dinero solo lo verán los castellonenses gracias a los 400.000 euros que pone la Diputación.

Pero nuestra cerámica no corre mejor suerte. Mientras el juguete, el mármol o el mueble tienen ayudas directas, la cerámica, hasta la fecha Puig y Oltra consideran que no las merece. Ya está bien de jugar con nuestros intereses como provincia. Puig y Oltra son ya más molestos en esta provincia que el mosquito tigre. H

*Diputado autonómico PP