A veces pienso en la realidad paralela en la que viven algunos, traspasando límites que nunca hubiera podido llegar a imaginar. Me pasa cada vez con más frecuencia cuando asisto a los plenos del Ayuntamiento de Benicàssim, dándome la sensación de que algunos representantes están en otro sitio distinto y hablan de algún lugar que no es mi municipio. Un claro ejemplo de la reflexión anterior es que cuando desde Cs defendemos la libertad de elección de un centro para sus hijos y que los recursos en Educación deben centrarse en combatir el fracaso escolar, otros aprovechan para criticar que si defendemos solo la educación privada, o que no apoyamos el valenciano por el simple hecho de pensar que es más importante la destreza de un cirujano con el bisturí que si habla valenciano o no. Nada más lejos de la realidad, el valenciano es una suma que no tiene que generar ni división ni exclusión. Alguno podría pensar que estas críticas provienen de un partido abiertamente nacionalista valenciano como fuera Compromís, partido que defendió públicamente a los políticos impulsores del procès, pero no, estos postulados también los defiende el PSPV.

Un PSPV que está en horas bajas en Benicàssim y que anda muy lejos de los resultados de cuando gobernaba. Y la distancia es tan grande y tan proporcional como su acercamiento a postulados que nada tienen que ver con la socialdemocracia. Recurriendo constantemente a la demagogia y las falacias, sin argumentos de solidez y viviendo en una realidad paralela en la que no se encuentran los benicenses. Como si de el rincón del vago se tratase, da igual el tema de debate, que siempre responden lo mismo como si sufrieran una sordera aguda que solo busca ridiculizar al que tiene delante.

En Cs creemos en el diálogo y el entendimiento. Así lo hemos demostrado alcanzando acuerdos con aquellos que piensan distinto. Pero en el caso de Benicàssim, créanme si les digo; así es muy difícil llegar a un entendimiento. Mucho me temo que esto irá a peor conforme se acerquen las elecciones, los egos y las ganas de oír jaleos se impondrán a las ideas, a los objetivos y a mejorar la calidad de los vecinos.

Aún recuerdo en mi etapa de presidenta de la AMPA del colegio Santa Águeda, algunos logros socialistas como los libros de texto gratuitos en Benicàssim. Lejos quedó ese socialismo comprometido, para dar rienda suelta al que tenemos que vivir hoy en día, el PSOE de gestos y de anuncios. Ese camaleónico que pasó de firmar la aplicación del 155 en Cataluña a que la supervivencia de su Gobierno dependa de los separatistas. Lejos quedó el PSOE más social para dar paso al que viene a Benicàssim al concierto The Killers con el avión presidencial protegiendo los gastos de su visita sin un ápice de transparencia.

Suelo ser una persona bastante reflexiva, en mis aciertos y en mis errores, y debería ser un ejercicio que practicáramos más a menudo los políticos. Lo recomiendo también para aquellos que hoy son una sombra de lo que fueron. Es necesario un partido de izquierdas progresista que defienda la unidad de nuestro territorio, avances sociales y se aleje del amor pasajero con el nacionalismo atraído por conseguir el poder en las instituciones.

*Portavoz Cs Diputación y en el Ayuntamiento de Benicàssim