E sto es el objetivo de Ciudadanos para estos cuatro años, que Benicàssim se convierta en un Territorio Inteligente e innovador gracias a la aplicación de las nuevas tecnologías. Por ello, hemos vuelto a ser pioneros creando la primera concejalía en este sentido.

Una concejalía que tengo la responsabilidad de liderar y que irá más allá de una simple área de acción. Y es que Territorio Inteligente e Innovación digital es un área transversal en la que deben apoyarse el resto de concejalías. Benicàssim debe usar la tecnología para recuperar su agricultura, ordenar su movilidad, diseñar construcciones pioneras sostenibles y de vanguardia, mejorar los servicios a los ciudadanos, ahorrar costes y, sobre todo, captar turismo.

El primer paso es convertirnos en Destino Turístico Inteligente. Lo intentamos en 2015 presentando un proyecto de Smart City que el Gobierno popular rechazó y ahora, desde el Ejecutivo de Benicàssim tendremos la oportunidad de gestionarlo directamente con nuevas armas.

Pero no les voy a engañar, no todo será coser y cantar. Partimos de cero y son muchos los inconvenientes que afrontamos. El principal es que no podemos acceder a subvenciones millonarias porque no llegamos a los 20.000 habitantes censados, pese a que en la temporada estival somos casi 100.000. Y el segundo escollo es que falta mucha formación. Los políticos deben reciclarse, deben convertirse en «cerebros digitales» y convencerse a sí mismos de que la sostenibilidad y la innovación es el futuro.

Un Destino Turístico Inteligente debe innovar, proponer y arriesgar, si quiere destacar tanto en la red como en la realidad. De nada sirve una gran reputación online si no lo transformamos en pernoctaciones. Por ejemplo, el Festival Internacional de Benicàssim es muy conocido en el Reino Unido, pero en los resultados anuales estamos perdiendo turismo británico. ¿Una incongruencia? Para nada, una advertencia más bien. Una advertencia de que no estamos aprovechando como es debido las oportunidades. Y es que, en ocasiones, los árboles no nos dejan ver el bosque.

Así pues, para conseguirlo hay que empezar a trabajar ya como una empresa y no como una administración. Hasta ahora, los ayuntamientos eran simples prescriptores de marcas y en la actualidad debemos vender experiencias. Es decir, no hay que tener miedo a integrar a los empresarios en la gestión municipal y en la promoción de sus actividades, ni tampoco hay que temer al desarrollo de una app de reservas en hoteles y restaurantes o compra de entradas de eventos gestionada o impulsada por el propio consistorio.

El futuro en el ramo pasa por la estrategia on-line para captar turismo y por la aplicación de tecnología que haga nuestra localidad más accesible, sostenible y atractiva para los ciudadanos europeos o españoles que están punto de darle al intro en sus dispositivos para reservar sus vacaciones.

En Benicàssim lo tenemos todo para triunfar: montaña, playa, actividades, gastronomía, hostelería, servicios. Solo falta darle al clic idóneo, el clic de la innovación si no queremos quedarnos atrás y ser líderes y ejemplo tanto en la provincia de Castellón como en la Comunitat valenciana.

*Portavoz de Ciudadanos en Benicàssim y en la Diputación de Castellón.