Emulando al mismísimo Berlanga, quien puso en el panorama cinematográfico a Benicàssim, nos hemos quedado esta semana esperando al conseller de cultura, Vicent Marzà. Valga decir que la situación ha sido un poco grotesca, como en la película de los cincuenta. En estos días hemos anunciado que vamos a exigir hoy mismo en el pleno el pago de la deuda de 1,5 millones de euros que el gobierno autonómico le debe a cuenta de la obra de Villa Elisa. Pero un compromiso de pago en firme, porque aquí ya estamos empezando a cabrearnos.

¡Y qué justo que, en 12 horas, se produjera un teléfono estropeado entre Conselleria y el Ayuntamiento, a cuenta de una visita fantasma a la villa modernista! Se hizo de manera oficiosa, en un comentario a un concejal de la oposición, del mismo partido que el conseller Marzà: dile a la alcaldesa que irán de la Conselleria a ver Villa Elisa. Y qué justo que cuando se le requiere que sea la Conselleria quien de manera oficial cierre la cita con el arquitecto municipal, de lo de ir nada y de lo de contestar a la deuda, menos.

Benicàssim lleva casi diez años reclamando la deuda, haya mandado quien haya mandado. Pero si nos tenemos que poner a hacer la ola con sainete en el Paseo Pilar Coloma para conseguir el dinero que Benicàssim adelantó, que no sufra nadie que allí estaremos esperando a mister Marzà. H

*Alcaldesa de Benicàssim