Hoy empieza una nueva etapa. Solo una Europa unida puede abordar con cierta confianza el complejo periodo que ahora se abre, rebosante de temores e incertidumbres.

El Reino Unido aún funciona como si estuviera en la UE, pero ya ha salido. Las bases de la relación futura entre Bruselas y Londres tendrán que definirse en los próximos 11 meses, ya que el propio premier británico Boris Johnson ha avisado que el 31 de diciembre de 2020 el acuerdo de relación futura finalizará.

El brexit es un fracaso. Nadie puede estar satisfecho de perder un socio de la dimensión y la importancia histórica y política del Reino Unido. Después de 47 años juntos, es un fuerte golpe. Y es una muy mala noticia --y precedente-- que, por primera vez en la historia de la UE, un estado miembro se dé de baja.

Se abre, para la UE y para España, la oportunidad de avanzar y reinventar unas nuevas relaciones económicas y comerciales; de avanzar en la integración de seguridad y defensa que tanto necesita el continente.

Aunque los británicos ya no son miembros de la UE, las relaciones económicas y comerciales siguen siendo las mismas.

Para España, un mal acuerdo en la relación futura sería una pésima noticia. El próximo 31 de diciembre es el día marcado para que las negociaciones sobre la futura relación estén concluidas. En el periodo de transición hay que sentar las bases de un acuerdo de libre comercio.

Si se llega al 31 de diciembre 2020 sin acuerdo comercial, la mayor parte de los bienes y mercancías británicos estarían sujetos a tarifas, algo que supondría una catástrofe para nuestras exportaciones.

No sembremos, pues, la alarma.

*Secretaría Área de Políticas Sociales y LGTBI PSPV-PSOE Castellón