Bye, bye Botànic. Se acabó su tiempo. Cuatro años perdidos en los que no se ha rescatado a las personas, solo se ha rescatado a los nacionalistas a quienes Compromís y el PSC valenciano han puesto la alfombra roja en la Comunitat Valenciana. Oltra y Puig han sido incapaces de resolver los problemas reales de los valencianos y han olvidado acabar con sus promesas como la supresión de los barracones, ofrecer una Educación de calidad, eliminar chiringuitos, salvar a los valencianos de la pobreza y reducir las listas de espera.

En cuanto a la política educativa, los datos hablan por sí solos. Su plan Edificant ha sido un fracaso, un SOS que ha sumido a los ayuntamientos en un caos y no ha servido para eliminar las más de 1.800 aulas prefabricadas. Sin embargo, para lo que sí han sido diligentes es para fomentar una educación sectaria basada en la imposición lingüística y en la privación de libertades para que las familias puedan elegir en qué centros quieren que estudien sus hijos y con qué lengua vehicular. Un modelo educativo donde se prima la inmersión lingüística frente a la inclusión educativa. Además, el Botànic ha creado chiringuitos ad hoc, como una oficina de derechos lingüísticos donde garantizar su inmersión, acompañada de 20 plazas de comisarios lingüísticos que viajan de centro en centro para persuadir a la dirección sobre qué proyecto aplicar.

Por ello, si no queremos que esta situación se convierta en insostenible y la Comunitat Valenciana sea un apéndice de unos Països Catalans inexistentes, Cs es la única alternativa sensata, liberal y regeneradora para los valencianos. Frente a un PP podrido de casos de corrupción en los tribunales y un Botànic que, además de suspender en gestión, crea problemas añadidos, como la división entre los valencianos.

*Portavoz provincial de Cs y diputada autonómica