No porque el tema de las pensiones haya sido frecuentemente debatido en los medios, ha dejado de tener actualidad.

La ministra competente del tema ha declarado que el Gobierno está estudiando ofrecer a los futuros pensionistas la opción de escoger entre el cálculo de las pensiones en base a las normas actuales o calcular toda la vida laboral y cotizada, para sacar la media de la base reguladora, lo cual, salvo casos de personas que han tenido periodos de paro obrero o de no cotización por falta de empleo, puede beneficiar a muchos por la razón de que en los años de mayor productividad, entre los 30 y 50 años, los salarios son más elevados.

Este planteamiento no es nuevo, ya que hay países desarrollados que lo han venido aplicando desde hace años, evitando así lo que podríamos llamar una injusticia de cálculo. Otro concepto que existe en la mente empresarial de nuestro país es que un trabajador a partir de los 50 años es, llamémosle por delicadeza «maduro» y precandidato a una jubilación anticipada e incentivada, en el mejor de los casos, o simplemente a un despido; muchas veces encubierto de una manera u otra para justificar el hecho.

Craso error por parte del empresariado. Si la intención es evitar un salario justo pero elevado en el plan general de abaratamiento de costes, sustituyéndolo por otro que raya la mitad, me parece de una inmoralidad total. El control de costes es importante pero los trabajadores no son números sino personas y la experiencia cuenta, se quiera o no.

Las denominadas empresas salvadoras han hecho mucho daño, pues su política para recuperar a otras empresas en crisis, ha sido el despedir a personal cualificado, sin importar su expediente laboral, simplemente para evitar costes elevados. Un fracaso.

*PSPV-PSOE Castellón