Cambiar por cambiar no siempre es bueno. Sobre todo si el cambio es a peor, como estamos comprobando tristemente en las últimas semanas en la Diputación de Castellón. Dejar de invertir en la provincia por falta de dirección e implicación en la gestión es el cambio que están proponiendo PSOE y Compromís. Un bipartito unido por taparse las vergüenzas (como podemos ver todos los días en El Botànic).

El Partido Popular convertimos con una gestión responsable y eficaz a la Diputación de Castellón en una administración útil, cercana y al servicio del territorio. Una institución que tendía la mano a los 135 municipios de la provincia, que apostaba por el talento, por crear empleo con programas de inserción laboral y formación a la carta y que, sobre todo, conseguimos poner en la agenda de todas las administraciones la despoblación como elemento fundamental.

Una Diputación que apostaba por nuestras tradiciones y que permitió recuperar la reputación de la institución con transparencia, con lealtad y levantando el orgullo de esta provincia. Una entidad centrada en la atención social como elemento vertebrador: las unidades de respiro en los municipios, las ayudas a colectivos benéficos, la puesta en marcha de escoletes matineres, unidades de conciliación en toda la provincia…

Por eso lamentamos profundamente que el nuevo presidente de la Diputación haya decidido iniciar su gestión con recortes y con un comportamiento sectario. Prueba de ello es la eliminación de ayudas a entidades benéficas -en Onda tenemos un claro ejemplo de ello con Quisqueya--sin ningún tipo de explicación e intentando engañar a todos los vecinos.

Y ante las propuestas de rectificación del Partido Popular (y de las propias entidades) han decidido faltar al respeto a las personas que gestionan estos colectivos cuyo único objetivo es cuidar a personas desfavorecidas: menores con problemas, gente sin recursos económicos… Pero para la Diputación del cambio (a peor) eso son chiringuitos políticos.

Aseguran que quieren eliminar las ayudas nominativas (y por eso recortan varias a entidades benéficas) pero al mismo tiempo crea nuevas para otros colectivos. Llegados a este punto la pregunta es: ¿Cuál es el criterio que lleva al señor Martí a eliminar subvenciones nominativas mientras crea otras diferentes?

La Diputación del cambio es la que ha sacado tarjetas de crédito con cargo directo al dinero de arcas provinciales para los gastos de sus políticos. El cambio debe ser enchufar a hijos de alcaldes socialistas, parejas sentimentales de dirigentes del PSOE… Debe ser el cambio pagar la nómina a diputados por no venir a trabajar (seguimos esperando que el socialista de Vilavella devuelva su sueldo tras haber renunciado a su cargo y no venir a trabajar en el último mes que cobró)… Ese parece que es el cambio.

Y si ese es el cambio, no nos gusta. Y lo diremos siempre. Queremos el modelo de gestión eficaz, el que dejó deuda cero, el que invertía en todos los pueblos y el que escuchaba y respetaba a todas las personas y entidades que existen en la provincia de Castellón.

*Diputado provincial por el PPCS