El mes de julio ha traído declaraciones tanto del presidente de la CEOE, Juan Rosell, como de la ministra de Empleo, Fátima Bañez, sobre la necesidad de subir los salarios en España, ya que no es suficiente con la creación de empleo, sino que este debe tener unos requisitos mínimos de calidad para, por un lado, afianzar la recuperación económica; y, por otro, reducir la bolsa de desigualdad que la crisis ha dejado en el colectivo laboral. Es destacable el cambio de criterio del Gobierno, puesto que este año, presionado por el PSOE, que amenazó con no apoyar los objetivos de déficit si el Ejecutivo no incrementaba de forma considerable la cuantía del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), y sin contar con los interlocutores sociales, optó por subirlo este año un 8%. Un alza histórica, la mayor en 30 años, que escondía letra pequeña.

Así, la subida afectaba a todos aquellos trabajadores que no llegan a esos mínimos, pero «no a los convenios colectivos que usan el SMI como referencia para determinar la cuantía o el incremento del salario base o de complementos salariales». En este último supuesto, «salvo que las partes legitimadas acuerden la aplicación de la nueva cuantía del salario mínimo», se seguiría usando como referencia el salario mínimo del año anterior, es decir, el que fijaba el Real Decreto de 29 de diciembre de 2015. De forma que se excluía de esta subida salarial a gran número de trabajadores cuyos convenios estaban por debajo del nuevo SMI, poniendo de nuevo en jaque la negociación colectiva, ya que existía un fuerte incentivo para no negociar estos convenios por la parte empresarial y continuar manteniéndose por debajo del nuevo SMI. Este nuevo varapalo a la negociación colectiva se sumaba al sufrido con la reforma laboral del 2012 del Gobierno de Mariano Rajoy, que paralizó la negociación colectiva, dando prioridad a los convenios de empresa frente a los de sector y limitando la ultraactividad de los convenios vencidos. En aquel momento, el Gobierno esgrimió que la crisis que estábamos sufriendo obligaba a una flexibilización del mercado laboral, flexibilización que supuso un recorte de las condiciones de la totalidad de los trabajadores.

De esta manera, la crisis económica que hemos estado sufriendo desde el 2008 se convirtió también en una crisis laboral; y aunque según la contabilidad nacional la crisis económica finalizó en el 2014 con crecimientos del PIB superiores al 3%, la economía española no ha recuperado los valores previos a la crisis sobre todo en el entorno laboral, debido a que la reforma provocó un aumento de la precarización y de la desigualdad.

Han pasado ya nueve meses desde que en Castellón constituimos la nueva Federación FeSMC-PV UGT, surgida de la unión de dos federaciones de UGT-PV, FeS y FeSMC, como apuesta por una gran federación de servicios privados capaz de dar respuesta a los problemas de los afiliados y trabajadores en general de una gran variedad de sectores con características (y problemáticas) muy diferentes. Y vemos cada día en las empresas que visitamos, y en los trabajadores y afiliados que se acercan al sindicato a realizar consultas, como continúa aumentando el número de trabajadores pobres, con historias que son siempre la misma: cobran de acuerdo a la legalidad, pero trabajan de forma parcial y necesitan tener varios trabajos para poder llegar a un salario que les permita cubrir sus necesidades más básicas.

Y dado que no ha sido posible un acuerdo con CEOE que traslade el mensaje nítido a las distintas mesas de negociación colectiva, sectoriales y de empresa, de que es el momento de recuperar salarios, tendrá que ser la negociación en cada una de estas mesas las que permitan reducir la desigualdad, y a la espera de que el Gobierno realice un incremento real y universal del Salario Mínimo Interprofesional hasta situarlo en el 60% del salario medio, UGT como ha manifestado nuestro secretario general, Pepe Álvarez, vamos a proponer a la patronal que, a partir de 2018, el salario mínimo contemplado en los convenios colectivos sea de 1.000 euros, ya que solo de este modo será verdad que los salarios más bajos suban más que el resto.

*Secretario Territorial de UGT Comarques del Nord