Querido lector:

Hoy deberíamos hablar del cierre de la campaña electoral en Castellón. Una campaña de segunda vuelta, a seis meses de la primera, demasiado anodina en cuanto campaña tradicional, en cuanto grandes mítines o en relación a la ausencia de visitas de los primeros líderes nacionales, pero no. El inconsciente referéndum británico con el resultado que todos conocemos, ha hecho que el protagonismo informativo lo copen las futuribles consecuencias, sobre todo económicas, de la salida del Reino Unido de la Europa comunitaria. Unas consecuencias en cierto modo imposibles de calcular aún, pero sobre las que las voces autorizadas en Castellón nos han ofrecido varias pistas, casi ninguna buena.

Y aunque la campaña electoral no nos ha invitado a la reflexión política en la provincia, como les digo, salvo los follones montados en estas dos semanas en relación al Hospital Provincial o las polémicas en torno a los recursos y batallas partidistas en las juntas electorales, ni incluso con la sorpresa inicática del CIS que daba un escenario novedoso en el que A la Valenciana pugnaba por el liderazgo con el PP y por contra otras encuestas posteriores ponían en riesgo el diputado de Ciudadanos, ha sido finalmente el dichoso brexit el que nos ha obligado y nos va a obligar a repensar.

Por lo general, cuando un hecho provoca unas repercusiones que muchos ni siquiera llegamos a comprender, lo solemos dejar de lado. Pero cuando este hecho ocasiona una repercusión inmediata, la cosa cambia, sobre todo si tiene que ver con el bolsillo. Y este caso tiene mucho de eso porque está poniendo en riesgo y creando una inseguridad real sobre los más de 320 millones que la economía de Castellón exporta al Reino Unido, nuestro tercer mercado, 160 millones del sector del azulejo y 74 del sector citrícola.

Pero no es solo eso, es que pone en solfa el incipiente mercado turístico británico que ya crecía al 6%.

Son tres ejemplos que pueden parecernos lejanos... hasta cuando algunas de las 300 empresas de Castellón que exportan al Reino Unido se vean obligadas a reaccionar. Y seguro que no para bien.