Lamentablemente, la aciaga noticia se ha confirmado: el Mobile World Congress de este año ha sido anulado a causa del temor mundial al contagio del coronavirus. GSMA, la entidad organizadora del congreso anunció ayer su decisión de cancelar el congreso a causa de «la preocupación mundial por el brote de coronavirus». El comunicado de la GSMA incide que la alarma por el contagio de esta enfermedad hace imposible que se pueda celebrar el congreso este año.

Se trata sin duda de un golpe para Barcelona, no solo por el impacto económico, estimado de 490 millones de euros, sino porque el Mobile es la joya de la corona de los congresos que se celebran en la ciudad y piedra angular de la estrategia de promocionarla como destino de estos eventos y hub de economía digital y start ups. Se trata, además, de un golpe injusto. No cabe duda de que el Mobile ha sido víctima de un temor exagerado a la propagación del virus. La presencia en Barcelona durante el congreso de 6.000 personas procedentes de China no justifica la histeria que ha causado un goteo imparable de cancelaciones de empresas que ha durado varios días. Hay otros condicionantes de índole económico (los seguros, por ejemplo) pero las firmas que han cancelado no han tenido en cuenta los esfuerzos de la organización del Mobile para crear un entorno que impidiera la hipotética transmisión del virus, el hecho de que en Barcelona no se ha dado ningún caso del coronavirus ni que la ciudad cuenta con un sistema sanitario de primer orden, con hospitales y expertos de prestigio mundial. El miedo es comprensible, el riesgo cero cuando se trata de un contagio por un virus no existe, las autoridades (Ayuntamiento, Generalitat catalana y Gobierno central) han dado todas las garantías necesarias, pero es inevitable pensar que en la cascada de cancelaciones se ha caído en la precipitación y el alarmismo, motivados por el temor a un contagio masivo a nivel mundial que no se ha producido y que no puede predecirse si se producirá en un futuro.

Sea como sea, la decisión de cancelar el Mobile ya es irreversible. Es comprensible la desolación de los sectores económicos directamente afectados. No se trata solo de la restauración o de los hoteleros: el impacto económico del Mobile beneficia a toda la ciudad en forma de puestos de trabajo, aumento de facturación y oportunidades de negocio. Algunas voces piden que el Mobile se celebre en algún momento de este año, algo muy difícil por motivos logísticos y que GSMA parece no contemplar, dado que en su comunicado habla de continuar trabajando con los actores políticos, sociales y económicos de la ciudad para la edición del 2021 y las siguientes. Esta reafirmación del compromiso del GSMA con Barcelona es sin duda una buena noticia. Mobile y Barcelona son dos caras de la misma moneda que se benefician mutuamente. Desde el 2006, ambos han crecido de la mano hasta convertirse en referentes en el mundo de la telefonía y la economía digital. Más allá de que no es mala idea estudiar iniciativas para intentar paliar en parte el impacto económico de la cancelación, GSMA marca el camino a seguir: empezar a preparar la edición del 2021.