Dejando a un lado el tema de los movimientos de las diferentes formaciones políticas en lo que se refiere a las posibles alianzas para nombrar candidatos al Congreso y al Senado, el posicionamiento de los presidentes de las diversas autonomías y la reacción de los secretarios generales, deseo centrarme en cómo el nombramiento de candidatos puede influir, supuestamente, en el resultado electoral del 26-J.

A mi modo de ver, todo candidato debe reunir unas cualidades que permitan a los electores percibir el mensaje político del partido de forma clara y directa, asumiendo la intención de entrega de la persona que nos va a representar. Por lo tanto, no se puede tomar a la ligera el hecho de decidir quién o quienes van a ser los elegidos para una u otra de las dos Cámaras, la Baja y la Alta.

Hay que ser objetivos y realistas. Después de lo experimentado recientemente, no podemos arriesgarnos a encontrarnos de nuevo de una situación de impasse. Creo que lo más adecuado es tomar decisiones firmes y que hagan ver al electorado la solidez de las diversas propuestas para que no haya un menoscabo en la intención de voto.

El desconocimiento y la incertidumbre son factores que hacen perder el interés del votante, dando lugar a una falta de seguimiento que conduzca a la utilidad del voto en pro de un resultado que a todos beneficie. H

*Secretaria provincial de Derechos Civiles del PSPV-PSOE de Castellón